El Suzuki Vitara ya está disponible con un cambio automático de doble embrague de seis velocidades

La versión de acceso se puede adquirir desde 28.765 euros.

El Suzuki Vitara añade, a sus múltiples virtudes, un cambio automático de doble embrague de seis velocidades, que hace más confortable y eficiente la conducción. El nuevo Vitara con cambio automático se comercializa con el acabado GLX, en versiones con tracción delantera (28.765 euros) y tracción 4x4 AllGrip (30.365 euros).

Siguiendo la filosofía de Suzuki de ofrecer la mejor tecnología a un precio justo, el sobreprecio del cambio automático es de solo 1.560 euros. Estas tarifas convierten al Vitara en el SUV electrificado con cambio automático, gran equipamiento y diferentes opciones de tracción más económico de su segmento.

Un cambio eficiente y deportivo

La transmisión automática 6TCSS de Suzuki cuenta con dos embragues separados; uno actúa sobre las marchas impares (primera, tercera, quinta y marcha atrás) y el otro sobre las pares (segunda, cuarta y sexta), proporcionando una aceleración suave y fluida gracias a los cambios de marcha progresivos. Esta transmisión cuenta con precisas relaciones de cambio que ofrecen una magnífica respuesta a bajas velocidades y disminuye las revoluciones del motor al circular a alta velocidad.

Adicionalmente, el modo manual permite al conductor realizar los cambios desde la palanca del cambio o con las levas de cambio situadas en la parte posterior del volante, que añaden un toque de deportividad y dinamismo a la conducción.

Espíritu original con tecnología híbrida

El Nuevo Vitara hibrido de 48V dispone del sistema SHVS (Smart Hybrid Vehicle by Suzuki), que apoya al nuevo motor de combustión de 95 kW y aporta una potencia extra de 10 kW, según las necesidades de la conducción. El sistema SHVS aporta asistencia eléctrica en la aceleración siempre que el conductor esté demandando una rápida respuesta.

Gracias a esta tecnología se reducen las emisiones contaminantes en un 15%, mientras que el consumo en ciclo mixto, también en la homologación WLTP, se rebaja en 1,2 l/100 kilómetros (un 16 por ciento menos). Y no solo eso, pues también lleva aparejada un aumento del placer de conducción, con un empuje y rapidez de respuesta al acelerador superiores.