El nuevo Ford Focus se enfrenta a desafíos extremos.

La nueva generación del Ford Focus se prueba en los Alpes

Ford ha probado su nueva generación del Ford Focus en algunas de las localizaciones más extremas del planeta, donde ha sido conducido a tope de carga con el objetivo de comprobar que los vehículos de esta nueva generación son capaces de mantener su fiabilidad en cualquier circunstancia.

La firma automovilística Ford ha elegido en España, el desierto de Antequera situado en Málaga para realizar sus pruebas en los sistemas de climatización de este nuevo modelo, ya que este enclave permite someter a los vehículos a diversos ensayos a altas temperaturas.

La compañia también realiza pruebas a elevadas altitudes para comprobar que todos  sus productos se desarrollan con los niveles más altos de prestaciones en cualquier altitud en los que sean conducidos. A pesar de que la altitud afecta a los coches de la misma manera que a los humanos y funcionan peor cuando el aire contiene menos oxigeno.

Para comprobar que las prestaciones se mantienen intactas a grandes altitudes, Ford prueba sus modelos la carretera alpina "Grossglockner", un camino situado en el corazón de  los Alpes austriacos. Esta carretera de asfalto situada en el Parque Nacional de Hohe Tauern presenta una longitud de 48 kilometros con difíciles curvas y alcanza una altitud máxima de 2.504 metros.

En este emplazamiento se han realizado las pruebas de altitud de la nueva generación del Ford Focus. Bernd Herweling, Ingeniero de Integración de Vehículos de Ford ha pasado dos semanas en este enclave conduciendo doscientos kilómetros diarios arriba y abajo, probando todas las motorizaciones en las que estará disponible esta nueva generación.

 Estos ensayos permiten además al equipo de Ford comprobar desde el punto de vista del cliente como se conduce el vehículo en carreteras difíciles.

 Al tratarse de una carretera larga permite generar numerosos datos. Se utiliza la primera parte, que presenta una subida con una pendiente del 12% hasta llegar a los 2.400 metros para realizar los test, ya que a esas altitudes el aire es menos denso y el motor tiene que trabajar más.