Fue en un modesto garaje de Detroit donde comenzó este sueño hoy hecho realidad. Allí se construyó a principios del siglo pasado un pequeño cuatriciclo. Poco después, en junio de 1903, veía la luz el Modelo A, que se ha convertido en el antecesor de vehículos tan emblemáticos como el Mustang, el Lincoln Continental, el Thunderbird o el Modelo T. Este último se ha dado a conocer por ser el primer vehículo de producción en serie que se comenzó a vender a precios populares, siguiendo el gran lema de su fundador: "construir un coche sencillo y barato que esté al alcance de todo el mundo". En total se comercializaron más de 15 millones de unidades de este modelo, todo un hito en la historia del automóvil.