Prueba del SEAT Ateca 1.0 TSI 110 CV Style Go

EXTERIOR

Desde septiembre de 2020, el Ateca está disponible con una serie de mejoras que le permiten ponerse al día (esta actualización afecta a su diseño, equipamiento y gama de motores). Asimismo, la gama no cesa en su mejora constante, pues, desde marzo del presente año, SEAT ha completado la oferta del Ateca con el motor 2.0 TSI de 190 CV, que está asociado de serie al cambio automático DSG y a la tracción integral 4Drive.

Pero centrándonos en su diseño, gracias al nuevo diseño de los parachoques delantero y trasero, el Ateca crece levemente en longitud (+ 18 mm) hasta los 4.381 mm. Su anchura (1.841 mm) y altura (1.615 mm) quedan inalteradas.

El frontal recibe una nueva fisonomía. Añade el nuevo lenguaje de diseño de SEAT, formado, en parte, por la inclusión de un nuevo parachoques y faros Full LED, que alumbran de manera sobresaliente. Además, las luces de bienvenida reciben al conductor y los pasajeros proyectando la palabra "Hola!" en el suelo al desbloquear las puertas del vehículo.

En la parte trasera, las novedades se centran en nuevo parachoques trasero, que ahora integra dos escapes simulados en cada extremo en lugar de los escapes tradicionales. Este detalle, que es de lo que menos nos ha gustado dentro de las mejoras efectuadas en el exterior, no sabemos si responde a una reducción de costes o simplemente a un cambio de diseño estético. Por su parte, los grupos ópticos, que no cambian en cuanto a formas y diseño, sí que lo hacen en cuanto a tecnología, pues incorporan luces de tipo LED con intermitentes dinámicos. Finalmente, la denominación Ateca en relieve ahora tiene un nuevo estilo caligráfico, muy en la línea de lo estrenado en el actual SEAT León.

Mejoras en el acabado FR y nuevo nivel de acabado X-Perience

En cuanto a las novedades que plantea la gama, ahora el acabado FR aporta un diseño diferente y un nuevo color Gris Cosmo Mate. También hay un nuevo acabado, denominado X-Perience, que sustituye al anterior Xcellence y que cuenta con una estética más campera.

El renovado SEAT Ateca ofrece una gama de 14 llantas de aleación a elegir entre 41 cm (16") y 48 cm (19"), y una amplia paleta de 10 colores de carrocería, incluida la nueva pintura Dark Camouflage.

Nuestra unidad de pruebas estaba asociada al acabado Style Go, que viene a ser uno de los niveles de equipamiento intermedios. Es muy recomendable por su buena relación entre precio y dotación de serie. La versión Style ofrece un total de ocho colores diferentes. Salvo el color 'Azul Energy', todos son opcionales. Nuestro modelo de pruebas lucía el color 'Blanco Nevado', que tiene un coste de 576 euros.

En cuanto a modelos de llantas, siempre refiriéndonos al acabado Style, hay dos opciones de idéntica medida (17 pulgadas); una es de serie y, la otra, es opcional. Esta última, denominada Dynamic, tiene un coste de 426 euros (formaba parte del equipamiento del modelo que hemos podido probar).

Buena sensación de calidad a primera vista

El acabado de la carrocería y de la pintura, como suele ser norma en la marca, está cuidado. Las diferentes piezas de la carrocería (puertas incluidas) ofrecen un buen ajuste entre piezas y no hemos detectado faltas o tolerancias excesivas. En este sentido, el Ateca sigue siendo un producto muy bien fabricado.

INTERIOR

Por dentro, el renovado Ateca no plantea cambios profundos frente al anterior modelo (creemos que tampoco eran urgentes o necesarios). Destacan las nuevas molduras y acabados que ayudan a conseguir una atmósfera más fresca y moderna en todo el entorno del habitáculo. Lo más reseñable son los cambios que presenta el volante (con nuevos mandos y acabados), el cuadro completamente digitalizado y la pantalla central, que incorpora un nuevo módulo con botones táctiles (nos gustaban más los mandos físicos que integraba anteriormente, básicamente por funcionalidad y ergonomía).

En líneas generales, el interior sigue teniendo un muy buen aspecto y acabado. Sobresale la parte más visible del salpicadero, que presenta una moldura sólida y acolchada que transmite bastante calidad. Por el contrario, hay otros materiales que contrastan mucho, como algunas molduras del salpicadero que crujen ligeramente al realizar presión con los dedos, y los paneles de las puertas.

Instrumentación virtual y mandos físicos de rápido accionamiento

El cuadro digital ofrece una buena resolución, además de un diseño claro y ordenado con mucha información a nuestro alcance. Tiene un tamaño de 26 cm (10,25") y podemos personalizar su aspecto con diferentes diseños. También se ha renovado su sistema de info-entretenimiento, con una interface multipantalla mejorada y dos tamaños de 21 cm (8,25") o 23 cm (9,2"). Al igual que el cuadro de mandos, la resolución de la pantalla es buena y la interfaz resulta completa, aunque no nos ha parecido de las más intuitivas. Este nuevo sistema es compatible con Android Auto o Apple CarPlay mediante una conexión inalámbrica. También hay cuatro conexiones USB tipo C iluminadas; dos en las plazas delanteras y dos en las traseras.

En esta actualización que ha recibido el Ateca, SEAT no ha incluido, como en otros modelos de nueva hornada, la digitalización parcial o total de los mandos del habitáculo (sólo los que están integrados en el nuevo módulo de la pantalla central). Ya sea por costes o por una decisión estratégica, nos parece un acierto que SEAT haya mantenido el diseño y la posición de todos los mandos y botones físicos del anterior modelo. Todos resultan precisos, tienen un tacto normal (quizás algunos podían ser algo más refinados) y están bien diseñados para que podamos localizarlos con rapidez y realizar cada acción de la manera más fácil y efectiva posible. Especialmente, me gustaría destacar que se mantengan los mandos giratorios de las luces y del sistema de climatización. Un acierto en ambos casos.

Parabrisas térmico y una sensación de calidad que lo sitúan por encima de sus rivales

El Ateca también cuenta con un parabrisas térmico con un revestimiento invisible (mucho mejor que el que equipan los modelos de Ford, por poner un ejemplo). La tecnología consigue que el parabrisas se pueda descongelar en solo 2-3 minutos, lo que minimiza también el trabajo de este sistema. Además, no añade reflejos, por lo que la visión no presenta interrupciones.

Nada más abrir la puerta para acceder al interior, la primera sensación es que estamos ante un coche que se sitúa claramente por encima de la media de sus rivales con un precio equivalente. En este sentido, el Ateca me sigue gustando más que un Hyundai Tucson, un Nissan Qashqai, un Peugeot 3008 o un Renault Kadjar, por poner algún ejemplo concreto.

En marcha, el SEAT Ateca hace gala de un muy buen tacto de conducción, pues los pedales son muy suaves y responden con precisión. Lo mismo ocurre con la transmisión manual de 6 velocidades, que tiene un tacto exquisito y da gusto utilizarla.

Unos asientos que transmiten calidad

Los asientos que equipaba nuestra unidad de pruebas son muy buenos por calidad de construcción, solidez y guarnecido. Tanto es así, que no recuerdo un rival de los anteriormente mencionados que tenga unos asientos tan buenos como los que equipa el Ateca. No obstante, me hubiera gustado que fueran algo más envolventes y que recogieran mejor la zona lumbar, al menos en mi caso.

La variedad de reglajes, tanto del asiento como del volante, nos permiten conseguir una muy buena posición al volante para ir cómodos desde el primer momento. Una vez ajustado todo, la adaptación es rápida y puedes hacer kilómetros y kilómetros de manera incansable.

Las plazas posteriores son amplias y confortables. La plaza central incorpora un apoyabrazos abatible con acceso al maletero que integra tres posavasos (me gustaría que fueran escamoteables). Por lo demás, el equipamiento disponible es más que correcto, pues no faltan salidas de aire del sistema de climatización, dos conexiones USB de tipo C, luces de cortesía y bolsas, tanto en las puertas como en los respaldos de los asientos delanteros.

Gran capacidad de carga

Con una carrocería que mide 4,36 metros largo, el nuevo SEAT Ateca aprovecha el espacio disponible mejor que ningún otro vehículo de su segmento, contando con un maletero de 510 litros en su configuración estándar o de 485 litros en las versiones con tracción total. Nuestra unidad de pruebas, al ser de tracción delantera, disponía de la máxima capacidad posible (510 litros en condiciones normales y hasta 1.600 litros con los asientos posteriores completamente abatidos). Por tanto, tenemos ante nosotros un maletero muy capaz y bien acabado (todo su entorno está bien guarnecido). También cuenta con suficiente equipamiento, pues no faltan unas argollas para instalar redes, dos tiradores que nos permiten abatir los asientos con rapidez y sin esfuerzo, ganchos para colgar bolsas y dos tomas de 230 y 12 V. Además, para mejorar el confort de uso, nuestro Ateca equipaba un portón trasero manos libres, un equipamiento que nos parece muy recomendable. La apertura se puede realizar desde el mando a distancia, desde el interior del coche o desde el propio portón. Para cerrarlo, solo se puede llevar a cabo pulsando un botón integrado en el portón. En ambos casos, lo hace a una velocidad adecuada.

SISTEMA DE PROPULSIÓN

La gama de motores del SEAT Ateca sigue siendo muy tradicional, pues está compuesta por mecánicas de gasolina y diésel sin ningún tipo de electrificación. El motor de acceso, que es el que protagoniza esta prueba, es el tricilíndrico 1.0 TSI de 115 CV y 200 Nm de par máximo, siempre asociado a una transmisión manual de seis relaciones.

Ya había probado esta motorización en otros modelos de SEAT (Arona e Ibiza) y del Grupo Volkswagen (Polo y Fabia). En todos ellos, la impresión siempre había sido la misma; un motor pequeño de tres cilindros que cumplía muy por encima de lo esperado en cuanto a prestaciones se refiere (probablemente el mejor de esta cilindrada). En el caso del Ateca, todo mejora aún más para dar un salto importante en cuanto a rendimiento y agrado de uso se refiere. El trabajo realizado por los ingenieros de SEAT ha sido magnífico, pues han conseguido un refinamiento mecánico muy por encima de lo que cabe esperar en un motor tan reducido y poco equilibrado como el que nos ocupa.

Al pulsar botón de arranque, situado al lado del cambio, el motor despierta con suavidad sin apenas vibraciones (no hay un solo ruido que denote el tipo de propulsor al que nos enfrentamos). Estas buenas sensaciones se constatan cuando aceleramos en vacío, pues el motor gira rápido, con suavidad y sin el típico traqueteo de los tricilíndricos.

En marcha, este coche hace gala de un muy buen tacto de conducción, pues los pedales son muy suaves y responden con precisión. Lo mismo ocurre con la transmisión manual de 6 velocidades, que tiene un tacto exquisito y da gusto utilizarla. El motor sorprende desde el primer momento, pues responde bien desde abajo y entrega la potencia como si fuera un tetracilíndrico tradicional. Además, no tiene esa tendencia tan acusada a quedarse clavado en cuanto cambiamos de marcha y siempre gira de manera constante. Obviamente, no le podemos exigir lo que no puede dar, pero, para un uso normal y racional, esta versión cumple más que de sobra para cualquier tipo de usuario que no necesite una demanda exagerada de par y potencia. Y es que, como modelo de acceso, no se le puede pedir más, pues está muy por encima de las expectativas iniciales.

En autovía, incluso en recorridos más bien desfavorables, el Ateca mantiene perfectamente los cruceros que el marcamos. Podemos ir a la velocidad máxima que marca la vía (en este caso, 120 km/h) sin tener que jugar con el cambio para bajar alguna marcha y así llevar el motor más alto de vueltas.

En carretera secundaria, tampoco es un coche que se le note especialmente limitado. Bien es cierto que, si queremos ir a un ritmo ágil, y más en un pequeño puerto de montaña, no quedará otra que jugar algo más con el cambio. Pero a un ritmo normal, que es lo que toca, este Ateca se defiende muy dignamente y adelanta sin problemas.

Un gasto de carburantemás que satisfatorio

Los consumos que ofrece esta versión entran dentro de lo esperado. En autovía lo normal es moverse sobre los 6,0 litros de media, mientras que en carretera secundaria es fácil conseguir registros sobre los 5,6 litros. Ya en ciudad, lo más habitual es registrar medias de unos 7,4 litros, aproximadamente. Y si ya hablamos de medias ponderadas, la cifra se sitúa sobre los 6,7 litros.

COMPORTAMIENTO DINÁMICO

El SEAT Ateca sigue utilizando una suspensión de arquitectura McPherson en el tren delantero, mientras que en la parte trasera incorpora, según el motor elegido, una configuración de eje semirígido o un eje multibrazo (solo para las versiones 4Drive de tracción total). Nuestra unidad de pruebas no equipaba el Control Dinámico de Chasis (DCC), un opcional totalmente prescindible en la versión que nos ocupa.

En el Ateca, la plataforma MQB ofrece una muy buena calidad de rodadura. En el caso de la versión probada, la suspensión tiene un tarado muy bien elegido para que el confort de marcha sea alto sin comprometer en ningún caso la estabilidad. Con todo, el Altea se desenvuelve a la perfección en una carretera con curvas y se muestra como un rodador incansable en autovía, tratando muy bien a los ocupantes. La dirección, al igual que el cambio y los pedales, tiene un tarado muy suave que transmite agrado y no compromete la precisión en los giros.

En un entorno más urbano, el Ateca es un coche que se maneja como un utilitario, pues la posición al volante, la suavidad de todos los elementos mecánicos y el asistente de estacionamiento, que nos regala una vista cenital entre otras cosas para aparcar con la máxima facilidad, nos hacen la vida muy fácil y cómoda.

Nuevos asistentes a la conducción

Con la entrada en escena de esta renovada gama, el Atea se beneficia de nuevos asistentes a la conducción para ganar en seguridad. No faltan elementos como el asistente de pre-colisión (pre-Crash Assist), control de crucero adaptativo (ACC), asistente de viaje (Travel Assist), asistente de emergencia (Emergency Assist), sistema de alerta de tráfico posterior al salir del aparcamiento (Exit Assist), o el asistente de presencia de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor hasta en 70 metros (Asistente Lateral); trabajan conjuntamente para proteger al vehículo y sus ocupantes.

Nuestra unidad de pruebas equipaba el asistente de estacionamiento, que es sencillo de usar y puede venir muy bien en determinadas situaciones en las que la plaza de aparcamiento es algo justa.