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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
31/01/2022
Por Gustavo Rodríguez Hernandez

Prueba del Renault Mégane 1.5 R.S.Line Blue dCi 115 CV

Sigue siendo un compacto recomendable por precio, equipamiento, habitabilidad interior y comportamiento dinámico.

Desde el verano de 2020, la gama Mégane está disponible con una serie de mejoras (muy leves) que afectan a su estética, interior y equipamiento. Este modelo, que convivirá durante unos años con la nueva generación 100% eléctrica, sigue siendo una compra recomendable si estás valorando la adquisición de un compacto tradicional con un buen equilibrio entre precio, calidad aparente y equipamiento. En este caso, hemos probado la versión diésel de 115 CV que, pese a sus virtudes, me ha gustado menos que la opción de gasolina de 140 CV que pude probar en 2019. A continuación, te cuento todos los detalles; lo mejor y lo peor de esta versión, y si es la más recomendable que puedes comprar en función de tus necesidades.

EXTERIOR

Si comenzamos por las modificaciones estéticas, apenas notarás cambios respecto al anterior modelo. El único detalle claramente diferenciador son los pilotos posteriores, que tienen un diseño distinto y una iluminación completamente renovada. Además, desde el primer nivel de acabado, está disponible la tecnología LED, que sustituye a las antiguas luces halógenas. Estos nuevos faros, aún más eficaces, mejoran la intensidad de la luz y amplían el alcance de la iluminación cerca de un 30 %. Junto a los faros, las luces traseras y antiniebla conforman una iluminación completamente LED.

Ligeros cambios para ponerse al día

En la parte delantera, el renovado Mégane dispone de un nuevo paragolpes y una nueva calandra. La rejilla inferior también se ha renovado e incluye una animación cromada a partir del tercer nivel de equipamiento. Además, el marco de las luces antiniebla incorpora ahora una moldura cromada y los deflectores de aire aparecen en la parte delantera de los pasos de rueda para mejorar la aerodinámica.

En la parte trasera, tal y como he comentado con anterioridad, la principal novedad son los grupos ópticos, que disponen de tecnología LED e intermitentes dinámicos, algo que se está poniendo muy de moda. También es novedad la integración de un nuevo faldón en la zona inferior del paragolpes.

En la vista lateral, las novedades se central en la iluminación de las empuñaduras de las puerta y la renovada gama de llantas de 16 a 18 pulgadas.

Desde el verano de 2020, la gama Mégane está disponible con una serie de mejoras (muy leves) que afectan a su estética, interior y equipamiento. Este modelo, que convivirá durante unos años con la nueva generación 100% eléctrica, sigue siendo una compra recomendable si estás valorando la adquisición de un compacto tradicional con un buen equilibrio entre precio, calidad aparente y equipamiento.

Una gama compuesta por 10 colores de carrocería

Desde el momento del lanzamiento, se ofrecen 10 colores de carrocería. Tres de ellos son nuevos: cobre solar, gris báltico y el nuevo gris Highland. Con el acabado R.S. Line sólo hay disponibles 7 colores, todos opcionales salvo el Negro Brillante, que es gratuito y sería una de mis elecciones (mi segunda opción sería el Azul Rayo, que tiene un coste de 831 euros). Nuestra unidad de pruebas lucía la tonalidad Rojo Deseo, que tiene un coste de 727 euros.

Si optas por la nueva versión deportiva R.S. Line, que es la que nosotros hemos tenido la oportunidad de probar, tendrás un coche con un aspecto más deportivo. Las diferencias estéticas se centran en unos paragolpes distintos, una calandra de tipo 'nido de abejas', dos láminas con la firma R.S. Line (en las aletas delanteras y en la parte izquierda del portón trasero) y unas llantas de aleación de 17’’ Monthlery o 18’’ Magny-Cours específicas. En el paragolpes trasero, encontramos unos escapes simulados que quedan muy bien en lo estético, pero que no dejan de ser un atrezo, algo que a mí no me gusta. En mi opinión, la anterior versión GT estaba mejor resuelta en este sentido.

Buen acabado exterior, aunque el tacto de las puertas sigue siendo una asignatura pendiente

El acabado de toda la carrocería no deja lugar a la crítica, pues todo ofrece una buena terminación en líneas generales. Quizá, sería mejorable la apertura y cierre de las puertas, sobre todo en las traseras. En ambos casos, se echa en falta un tacto algo más refinado, tanto al abrirlas como al cerrarlas. Mejor tacto tiene le portón posterior, que está bien asistido por dos telescópicos y ofrece un cierre bastante bien amortiguado.

INTERIOR

Ya dentro, el Mégane es un compacto que deja muy buenas sensaciones. A diferencia de otros modelos de Renault, incluso los más altos de gama (Koleos y Espace), este Mégane da la impresión de ser un coche bien fabricado con materiales que transmiten buenas hechuras tanto al tacto como a la vista. Destaca la parte superior del salpicadero, que está fabricada en un solo molde de material blando que resulta consistente y aporta mucha solidez al conjunto del salpicadero. En la parte inferior los materiales son peores, pero no desentonan en ningún caso.

La versión R.S. Line cuenta con un equipamiento y decoración específica, como los asientos sport de tipo buquet con sujeción lateral reforzada, insertos con un look carbono, un volante deportivo de cuero perforado marcado con el doble diamante R.S. y pedales sport de aluminio. Por último, un ambiente de color negro salpicado con una nueva armonía de pespuntes y ribetes rojos y grises en los asientos y la palanca de velocidades marcan la diferencia en esta variante deportiva.

Asientos específicos para la versión R.S. Line

Llega el momento de sentarse en el puesto de conducción. Desde el primer momento, al menos en mi caso, no terminé de encontrar la postura ideal al volante, no sé si por el diseño del asiento o la disposición de los mandos. Los asientos me parecen buenos por calidad y acabado, pero no tanto por ergonomía (he echado en falta que recogieran mejor el cuerpo y que la banqueta tuviera regulación en longitud).

A diferencia de otros modelos de Renault, incluso los más altos de gama (Koleos y Espace), este Mégane da la impresión de ser un coche bien fabricado con materiales que transmiten buenas hechuras tanto al tacto como a la vista.

El diseño y la disposición de los mandos, como suele ser habitual en Renault, es buena. A diferencia de otros coches con consolas digitalizadas, en el Mégane hay botones físicos para activar diferentes funciones. Con buen criterio, para regular la temperatura, se mantienen los mandos giratorios. No obstante, el mando que regula el volumen del equipo de sonido, que también era giratorio, ahora desaparece para integrarse como botón virtual en la pantalla multifunción. Un error bajo mi punto de vista.

Nueva instrumentación virtual

Por primera vez, el nuevo Mégane, incorpora, según las versiones, un tablero de bordo digital con pantalla de 10,2 pulgadas. Este incluye navegación GPS para personalizar la experiencia de conducción de una forma muy intuitiva. Como es habitual en este tipo de cuadros, su diseño varía en función del modo de conducción elegido y muestra mucha información. Este de Renault me gusta bastante.

En el centro del salpicadero encontramos una pantalla multimedia nueva de 9,3 pulgadas. Al igual que el cuadro de instrumentos, tanto la resolución como la calidad de la propia pantalla, es de bastante calidad, de lo mejor que nos podemos encontrar en un coche de este segmento. Además, a diferencia de otros fabricantes, el software funciona muy rápido, está muy bien desarrollado para que tenga una utilización rápida e intuitiva y plantea una interfaz moderna.

Plazas traseras suficientemente amplias

El Renault Mégane sigue siendo un compacto que destaca por ofrecer buenos niveles de habitabilidad en las plazas posteriores; hay suficiente espacio en todas las cotas y los asientos resultan confortables. No obstante, para mi gusto, la banqueta se queda algo corta y los reposacabezas resultan incómodos, pues no tienen las suficientes regulaciones para situarlos en la posición óptima. Lo que sí me gustó, fue el confortable apoyabrazos central, que queda a la altura perfecta e integra unos posavasos (una pena que no fueran escamoteables).

Maletero sin doble fondo con suficiente capacidad

La apertura eléctrica del portón nos permite acceder a un volumen de 394 litros, una cifra más que correcta. No disponemos de doble fondo para organizar mejor la carga y dejar un piso completamente plano. Cuando se abaten los asientos, además de ver que la parte posterior de éstos se ve algo descuidada, disponemos de un volumen máximo de 1.288 litros. Un detalle que me sorprendió muy positivamente, es que todo el entorno del porton está totalmente cubierto, por lo que no deja ni chapa ni cableado a la vista. Además, también deja una impresión más agradable a la vista y sirve para insonorizar mejor el habitáculo.

SISTEMA DE PROPULSIÓN

La oferta diésel se reduce a un sólo motor de 115 CV. El protagonista es el conocido y veterano K9K, en este caso la versión/serie 656. Ahora, bajo la denominación comercial Blue dCi, el 1.5 de Renault cumple con la normativa de emisiones EU6 D. Para ello, incorpora, entre otras soluciones, un sistema de reducción catalítica selectiva (SCR). De este modo, homologa unas emisiones 121 gramos por kilómetro recorrido, lo que le permite tener la etiqueta ambiental C.

La primera percepción que tuve al arrancar el coche por primera vez, es que el motor se hace notar algo más de lo deseado. Ya en marcha y con la mecánica alcanzando su temperatura de servicio, el ruido se reduce considerablemente, aunque, dependiendo del régimen de giro, el salpicadero recibe alguna que otra resonancia parásita. Por lo demás, en cuanto a ruidos, también se hace notar un leve crujido al pisar y levantar el pedal de embrague.

https://www.youtube.com/watch?v=VzKBa6ZNCFs

Un pequeño diésel que sigue ofreciendo un muy buen rendimiento

Si hablamos de prestaciones y rendimiento, este motor sigue dando la talla, pues empuja muy bien desde la parte más baja del tacómetro, sin vacíos de potencia y subiendo de revoluciones con alegría. Además, tiene suficiente fuerza como para ofrecer muy buenas recuperaciones y da la talla en cualquier situación. Lo que sí me parece mejorable, al menos bajo mi punto de vista, es todo lo relacionado con el agrado de conducción. Bien por el embrague o por la calibración de todos los elementos mecánicos, es una versión poco afinada que te obliga a esforzarte más de lo deseado para evitar tirones cuando se cambia de marcha. Además, el pedal de embrague me ha parecido algo denso, el del freno no pone de su parte para que podamos dosificar la frenada con cierta facilidad y el del acelerador tiene el habitual doble fondo de los modelos de Renault que a mí, particularmente, me gusta más bien poco. La caja de cambios, que en el caso de nuestra unidad de pruebas era la manual de seis velocidades, no ofrece un tacto de gran calidad y tiene unos recorridos más bien largos, pero se maneja con mucha suavidad.

COMPORTAMIENTO DINÁMICO

En carretera, este Mégane es un gran rodador que nos permite cubrir kilómetros y kilómetros de manera incansable. En gran medida porque consume muy poco. Según nuestras mediciones, se pueden obtener registros por debajo de los 5,0 litros en carretera, y unos 6,8 litros en ciudad.

El compacto de Renault también sigue situándose en lo más alto de su segmento si entramos a valorar su comportamiento dinámico. Para empezar, la base rodante sigue siendo muy buena, pues las suspensiones filtran muy bien las imperfecciones del firme y es un coche que cuenta con un buen aislamiento, tanto de ruidos como de vibraciones. En este sentido, sin llegar al refinamiento de un Mazda3, que es, posiblemente, el compacto más refinado en este apartado, el Mégane es un coche superior claramente a un SEAT León o un Ford Focus, por poner dos ejemplos de superventas conocidos y equivalentes. Pero además de tener un rodar muy refinado, es un coche que sigue comportándose muy bien en carretera, pues resulta preciso, equilibrado, eficaz y muy fácil de conducir en todo tipo de condiciones. Es un coche que, pese a tener unas suspensiones muy racionales en cuanto a confort se refiere, responde muy bien a los cambios de dirección, sin demoras en la respuesta y con un equilibrio entre ejes que te invita a ir rápido en una carretera con curvas con una enorme sensación de seguridad. Además, la dirección, no sólo es precisa, también es bastante comunicativa y plantea la asistencia perfecta para que no sea pesada o, por el contrario, excesivamente ligera.

Tres modos de conducción y un completo menú de ayudas a la conducción

Esta versión incorpora diferentes perfiles de conducción (Eco, Confort, Sport y MySense), que actúan conjuntamente en la cartografía del motor, la dirección, la iluminación y la configuración de la pantalla digital. No se perciben grandes diferencias entre todos los perfiles, aunque en el Sport sí que se aprecia un pedal del gas más reactivo y una dirección con mayor firmeza.

Tampoco pueden faltar las diferentes ayudas a la conducción, que en esta gama renovada han sido mejoradas. Entre los elementos a destacar, equipa el asistente de conducción semiautónoma de nivel 2, que cuenta con función Stop & Go y asistencia al centrado en el carril. Activo de 0 km/h a 160 km/h, este equipamiento está disponible en las versiones equipadas con caja automática EDC. El asistente regula la velocidad del vehículo y mantiene las distancias de seguridad con el vehículo que lo precede garantizando el centrado en el carril. Esta ayuda a la conducción, especialmente útil cuando el tráfico es denso y en autopista, permite al nuevo Mégane detenerse y volver a arrancar de manera automática tras un periodo de 3 segundos sin acción del conductor. Por lo demás, tampoco faltan elementos como la frenada activa de emergencia, la alerta de ángulo muerto, la alerta de salida de carril, alerta de somnolencia, asistente automático de estacionamiento, encendido/apagado automático de luces en carretera y sistema de reconocimiento de señales.

ELEMENTOS CLAVE

AcabadoRS LineAño del modelo2021Cilindrada1.5
Eficiencia energéticaBPotencia115 CVTransmisiónManual
Etiqueta ecológicaCEURO NCAPCombustibleDiésel
Dimensiones4.359 x 1.814 x 1.447 mm
Carroceríaberlina con portón
Plazas5
Puertas5
Maletero394l
Par máximo
Consumo4.6 l/100km
Velocidad máxima190 km/h
Aceleración 0-100 km/h11.1
Nivel emisiones (CO2)121.0 g/km

PRECIOS DE LA UNIDAD PROBADA

P.V.P. Oficial año 2022
31.910,00 €

CONCLUSIÓN FINAL

El Renault Mégane sigue siendo un compacto muy recomendable por precio, comportamiento dinámico, equipamiento y equilibrio en todos sus apartados. Si no necesitas un diésel, yo te recomendaría que optaras por la versión de gasolina de 140 CV, pues creo que es la opción más equilibrada y brillante. Tuve la oportunidad de probarla en la anterior gama, y en ésta, he de suponer que seguirá siendo igual de buena. La que es objeto de esta prueba, ofrece un buen rendimiento mecánico y un consumo muy ajustado, pero no cumple, al menos en mi opinión, un mínimo en cuanto a agrado de conducción se refiere.

Nos ha gustado

  • Precio frente a sus rivales
  • Consumo
  • Comportamiento dinámico

No nos ha gustado

  • Tacto de conducción
  • Resonancias en el interior
  • Escapes simulados versión R.S. Line

VALORACIÓN

Bajo consumo
9.5/10
Nota
9.5/10
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GUSTAVO RODRÍGUEZ HERNANDEZ

Periodista especializado con 20 años de experiencia en el sector de la automoción. Fue director del área de Motor de Cadena Cope Castilla y León durante 3 años. Posteriormente, fue redactor y probador de coches en AUTOhebdo Sport, Revista Top Auto y sobrecoches.com. Desde el año 2011, es el responsable de pruebas y producto de cochesyconcesionarios.com

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