Prueba del Volkswagen Taigo 1.0 TSI 95 CV Life

EXTERIOR

Estéticamente, tal y como hemos comentado en nuestra entradilla inicial, no cabe duda que Volkswagen ha realizado un gran trabajo para presentarnos un SUV con un aspecto más dinámico, sobre todo gracias a su silueta de tipo coupé. Nuestra unidad de pruebas, asociada al acabado más básico ('Life'), ya cuenta con un aspecto ciertamente atractivo, incluso más que las versiones con un nivel de equipamiento más alto. Y digo esto, porque en la versión 'Life' desaparecen los adornos que simulan las salidas de escapes, los embellecedores lacados en negro piano y el catadióptrico que recorre toda la anchura del paragolpes posterior. En esta versión todo guarda mayor equilibrio y el conjunto estético está menos recargado. Además, todos los plásticos de los paragolpes que no están lacados en el mismo color de la carrocería, probablemente afronten mucho mejor el paso del tiempo.

En cuanto al acabado de la carrocería, la verdad es que no hay sorpresas. Tal y como nos tienen acostumbrados todos los modelos del Grupo Volkswagen, la terminación de la misma está claramente por encima de la media. Todos los paneles ajustan con unas tolerancias mínimas y muy cuidadas, lo que se traduce en un mejor aspecto y, también, en una aerodinámica más eficaz. El tacto de las puertas también es bueno para lo que se estila en la categoría, y el portón del maletero no resulta excesivamente denso.

Un nivel de equipamiento muy equilibrado

El nivel de acabado 'Life' está disponible con un total de ocho colores de carrocería. Salvo el color 'Gris Sólido', el resto son opcionales y el precio varía dependiendo de la tonalidad elegida; hay dos colores uniformes y seis con un acabado metalizado. Nuestra unidad de pruebas lucía el color 'Blanco Puro', que cuesta 225 euros y es el más económico de todos los opcionales. En cuanto a llantas de aleación, hay tres opciones disponibles; dos modelos de 16 pulgadas y uno de 17. Nuestra unidad de pruebas equipaba las llantas opcionales de 16 pulgadas (cuestan 145 euros y presentan una combinación en color negro). Cualquiera de las dos llantas de menor tamaño es la mejor elección, básicamente para conseguir un coche más confortable y progresivo de reacciones en curva, y también eficiente en cuanto a consumo de carburante.

Buen alumbrado para ganar en confort y seguridad

Independientemente del acabado elegido, todos los grupos ópticos cuentan con tecnología LED. Los delanteros ofrecen un alumbrado realmente bueno, sin duda de lo mejor que nos podemos encontrar en un modelo equiparable del segmento C. Los traseros cubren toda la parte trasera y presentan un diseño moderno y atractivo.

INTERIOR

La larga batalla de 2.566 mm proporciona a todos los pasajeros una posición de asiento cómoda y ligeramente elevada. En comparación con el Polo y el T-Cross, la batalla se ha incrementado en dos y tres milímetros respectivamente. El espacio para las rodillas y las piernas entre los asientos delanteros y traseros es cómodo, incluso para los pasajeros altos. La distancia entre los acolchados es de 792 mm. El espacio para la cabeza también es generoso en todos los asientos. En el asiento del conductor, la distancia entre la superficie del asiento y el revestimiento interior del techo es de 1019 mm, en la parte trasera es de 964 mm.

La sensación que se tiene cuando se accede al interior del Taigo, es que estamos en un coche de superior categoría. Las puertas ofrecen un buen tacto, hay algunos materiales de buena factura y el puesto de conducción es de lo mejor del conjunto. En pocos coches, y no sólo me refiero a los equiparables de esta categoría, me he sentido tan cómodo e integrado con todo desde el primer momento. Los asientos delanteros, sin ser lujosos ni de corte premium, recogen perfectamente el cuerpo y resultan muy confortables. Es cierto que la banqueta puede ser algo molesta al pisar el embrague, pero es un detalle menor teniendo en cuenta el buen resultado que dan. El tapizado tampoco es de gran calidad, pero es otro peaje que se paga con gusto, y más teniendo en cuenta que se trata de la versión más básica de la gama.

Mejor los mádos físicos que los táctiles

El Taigo combina mandos físicos con otros digitales. Todos los que son tradicionales, como el que nos permite seleccionar el tipo de alumbrado, los botones del volante y las ruletas del equipo de sonido, funciona realmente bien. También lo hacen los capacitivos, al menos casi todos. En este último caso, no es una solución que termine de convencernos, pero Volkswagen, al igual que otros fabricantes, ha apostado decididamente por este tipo de tecnología y tendremos que convivir con ello. En el caso del Taigo, si no eres mucho de este tipo de soluciones de última hornada, notarás que la vida en este coche es mucho más cómoda y sencilla.

Tampoco me quiero olvidar de otro tipo de mandos que sorprenden en estos tiempos en un coche actual (a nuestro juicio para bien). Nos gusta que el freno de mano sea el de toda la vida, o, al menos, que el fabricante te dé la opción de elegir uno u otro. Y la llave con mando integrado para arrancar el vehículo, que nos evita sistemas remotos más complejos. Esta mayor simplicidad se traduce en menores problemas en el futuro.

Sistema de infoentretenimiento sencillo y un cuadro de instrumentos que debería mejorar

La pantalla multifunción, que es compatible con Apple CarPlay y Android Auto de manera inalámbrica, presenta un menú sencillo con todo lo necesario. La respuesta táctil es precisa y no plantea mayores problemas. Al mismo nivel está el sistema de climatización, que responde perfectamente al tacto. Sólo nos han parecido erráticos los botones capacitivos que nos permiten regular la temperatura. En ocasiones son imprecisos y resultan menos eficaces que los tradicionales mandos giratorios.

La pantalla central de 9 pulgadas nos regala una muy buena resolución y está fabricada con un cristal que transmite calidad. Menos nos ha gustado el cuadro de mandos, al menos el de esta versión. La pantalla que lo cubre tiene un aspecto mate muy 'plasticoso' que da sensación de ser de una calidad muy justa. Lo mismo ocurre con la interfaz y la resolución, bastante mediocre en ambos casos. Bajo nuestro punto de vista, una instrumentación física tradicional con una pantalla central hubiera sido mejor solución y, probablemente, también más económica.

Al igual que el motor, la base rodante deja un muy buen sabor de boca. Desde el primer momento, se percibe un rodar muy suave y refinado.

Nivel de acabado: detalles destacables y mejorables

Hay disparidad a la hora de analizar los diferentes plásticos del interior y sus correspondientes acabados. Salvo los pequeños crujidos que generan algunas zonas al presionarla con los dedos, la terminación de todas las piezas y su correspondiente ajuste es más que bueno. Destaca especialmente la parte superior del salpicadero, que está recubierto por un material muy acolchado y grueso que transmite bastante calidad, tanto al tacto como a la vista. Al mismo tiempo, creemos que realiza un buen trabajo como aislante de ruidos y vibraciones.

Por el contrario, hay otros materiales muy sencillos y rígidos en los paneles de las puertas y en la parte inferior del salpicadero. Sin ser malos, la verdad es que contrastan mucho con los anteriormente citados y son equiparables a lo que podemos encontrar en un coche económico del segmento B. En cuanto al textil de asientos y apoyabrazos, también estaríamos hablando de unos niveles de calidad bastante básicos.

El habitáculo es muy práctico en líneas generales, pues todos los compartimentos que ofrece, que son muchos, resultan bastante capaces y accesibles. No faltan posavasos, bolsas en las puertas, una generosa guantera, un compartimento para poder guardar las gafas, un hueco dedicado para dejar el móvil con la posibilidad de carga inductiva, un cofre entre los dos asientos delanteros, un clip en los dos parasoles para poder dejar tickets o similares, y dos puertos USB-C iluminados, tanto en las plazas delanteras como en las traseras.

Una buena capacidad de carga

La capacidad del maletero es de unos 438 litros. Esto significa que, a pesar de su silueta tipo coupé, el nuevo Taigo ofrece casi tanto espacio de almacenamiento como el SUV compacto T-Cross con asiento trasero deslizante (de 385 a 455 litros) con todos los asientos.

El equipamiento del maletero es suficiente, pues no faltan ganchos para colgar bolsas, argollas para instalar redes y un punto de luz (resulta algo escaso). El piso del maletero se puede posicionar a dos niveles de una manera rápida y sencilla. Más criticable es la carencia de un piso de maletero completamente plano y tapizado, pues debajo de este 'falso piso' encontramos todo el fondo de la carrocería con el hueco (muy profundo) dedicado a la rueda de repuesto (nuestra unidad equipaba un kit antipinchazos). Creemos que es algo que Volkswagen debería solucionar.

SISTEMA DE PROPULSIÓN

Hemos probado la versión más potente que ofrece la gama. Se trata de un pequeño motor turbo de inyección directa, 1.0 litros y tres cilindros que sorprende por su nivel de prestaciones, excelente funcionamiento y bajo consumo. Sus 95 CV nos permiten alcanzar una velocidad máxima de 183 km/h y conseguir una aceleración de 0 a 100 km/h de 11,1 segundos.

En el Taigo, este motor funciona realmente bien, mucho mejor si entramos en comparación con otros modelos del Grupo Volkswagen. Por ejemplo, en un Skoda Fabia, este mismo motor no da la sensación de ser tan refinado, ni de ofrecer el mismo rendimiento. En el SUV de Volkswagen, todo va un paso más allá. En primer lugar, no parece tan áspero, pues todo está muy filtrado para apenas llegue un sólo ruido o vibración al habitáculo. Además, la respuesta en baja es sorprendentemente buena, pues parece mentira que un motor tan pequeño y de tres cilindros empuje tanto y tan bien desde la parte más baja del tacómetro, sin notorios vacíos de potencia. A medio régimen también sigue respondiendo con fuerza para disfrutar de unas prestaciones propias de motores de mayor cilindrada y potencia. La verdad es que es una maravilla por rendimiento y agrado de uso.

Cambio manual: suficientemente preciso, agradable de usar y con unos desarrollos bien elegidos

Esta versión únicamente se ofrece con una transmisión de 5 velocidades. Nos regala un tacto extraordinario y plantea unos desarrollos muy bien elegidos para que el motor gire con alegría y para que los consumos no se vean penalizados. Tanto es así, que apenas hay diferencias de consumo frente a la versión de 110 CV con la caja de 6 relaciones. Tan sólo unas décimas inapreciables.

La conducción con esta caja ha sido tan agradable, que en ningún momento he echado en falta un cambio automático. De todas formas, si obligatoriamente tienes que optar por un cambio automático, tendrás que dar el salto a la versión de 110 CV. En este caso, con un buen cambio DSG de 7 relaciones.

Según nuestras mediciones, el consumo ha sido bajo en todo tipo de condiciones. Lo normal es moverse en torno a los 5,6 litros de consumo en uso mixto. En ciudad se puede superar ligeramente los 6,0 litros, mientras que en carretera podemos llegar a conseguir registros realmente bajos, incluso por debajo de los 5,0 litros si las condiciones y la conducción son muy favorables.

COMPORTAMIENTO DINÁMICO

La base técnica del nuevo Taigo la proporciona la plataforma modular transversal (MQB), en este caso la MQB A0 perfeccionada para los modelos de Volkswagen especialmente compactos. Según Volkswagen, esta base mecánica proporciona numerosas ventajas: una elevada rigidez de la carrocería, excelentes propiedades de protección frente a choques y un bajo peso de la carrocería. También permite la integración de los sistemas de última generación en cuanto a asistentes a la conducción se refiere.

El habitáculo es muy práctico en líneas generales, pues todos los compartimentos que ofrece, que son muchos, resultan bastante capaces y accesibles.

Al igual que el motor, la base rodante deja un muy buen sabor de boca. Desde el primer momento, se percibe un rodar muy suave y refinado. Además, la suspensión tiene la rigidez justa para disfrutar de un muy buen comportamiento dinámico sin que el confort de marcha se vea penalizado. El filtrado siempre es bueno y la sensación es que vamos conduciendo un coche de mayor categoría.

En autovía es un coche con el que se pueden hacer kilómetros y kilómetros sin descanso. Su magnífica pisada nos permite disfrutar de un coche siempre muy bien asentado con un nivel de confort alto. Ya en una carretera con curvas, sin tener una orientación deportiva extrema, el Taigo es un coche ágil, muy estable y fácil de conducir que nos hace disfrutar muy mucho al volante. Asimismo, la dirección tiene un tacto excelente y las suspensiones trabajan a la perfección para encontrarnos con un coche que se desenvuelve muy bien en este tipo de vías. En ciudad, también brilla con luz propia, pues la suavidad de los mandos y su destacable agilidad nos permiten movernos como pez en el agua.

En cuanto a confort acústico, el Taigo no destaca especialmente, aunque tampoco es de los más ruidosos (nuestra percepción, sin tener en cuenta los números, ha sido más que aceptable). Según las mediciones que hemos obtenido, registramos una media de 74,4 dB a 50 km/h, 76,7 dB a 80 km/h, 77,7 dB a 100 km/h y 78,2 dB a 120 km/h. En cuanto a ruidos parásitos, en nuestra unidad de pruebas detectamos una pequeña resonancia en el salpicadero y en la parte posterior (creemos que en el portón del maletero) a determinados regímenes de giro. Este último, además, vibraba considerablemente al ralentí cuando estaba abierto.

Correcto equipamiento de asistentes a la conducción

Por último, si hablamos de asistentes a la conducción, esta versión tiene todo lo necesario. No falta el regulador de velocidad con control de crucero adaptativo, función de frenada de emergencia, aviso de salida de carril (no es de los sistemas que mantiene el coche en el centro del carril), detención de cansancio y sensor de estacionamiento (se echa de menos que no tenga cámaras de visión delantera y trasera).