
Pese a que la plataforma es la misma que la del modelo precedente, y el estilo de la carrocería es muy similar, Dacia ha sustituido todos los paneles de la misma para ofrecer un aspecto más robusto y moderno. En la parte frontal, hay una nueva parrilla con detalles cromados y unas ópticas que, aunque tienen un diseño muy similar al del anterior modelo, mejoran considerablemente en cuanto alumbrado se refiere, e integran tecnología LED para las luces diurnas. En la vista lateral, destaca el parabrisas, que se ha avanzado 100 mm y es más inclinado para incrementar el volumen interior y, al mismo tiempo, mejorar la aerodinámica. También destacan las nuevas barras de techo de aluminio y las llantas de 17 pulgadas que, al igual que el resto de novedades estéticas, mejoran considerablemente la imagen del vehículo. Por último, en la parte trasera, además de incorporar unos nuevos paragolpes, los pilotos cambian por completo para ofrecer un diseño que nos recuerda mucho a los del Jeep Renegade.

El interior ha cambiado para renovarse por completo. Para empezar, el salpicadero tiene un diseño que no tiene absolutamente nada que ver con el del anterior modelo. Además de ofrecer un aspecto más actual, está fabricado con un plástico mate de mayor calidad y grano más refinado. En su parte central, hay una nueva pantalla ediaNav Evolution situada ahora en una posición más alta (74 mm) y orientada hacia el conductor. Por último, también integra hasta un total de cinco aireadores para optimizar la climatización del interior; son circulares y el tacto de las trampillas que permite abrirlos y cerrarlos es ciertamente mejorable.
Todos los mandos, al menos los más visibles, son de nueva factura y diseño. Tanto es así, que no los hemos visto en otros modelos del Grupo Renault. Destacan los tres mandos giratorios del sistema de climatización que, además de ofrecer un aspecto moderno y de mayor empaque, funcionan bastante bien por tacto y precisión. En la parte inferior de la consola central, los nuevos mandos dispuestos como un pequeño teclado de tipo piano aportan un aspecto más moderno y mejoran la ergonomía -nos recuerdan mucho a los que equipan algunos modelos de Kia-.

Todos los materiales del interior son sencillos y rígidos, aunque están bien ensamblados para que no se produzcan crujidos y todo dé una sensación de buen ajuste. Los paneles de puertas integran tiradores de puertas, que ahora son más robustos -cuentan con algún remate mejorable- y reposabrazos de espuma con un revestimiento más agradable -nos hubiera gustado que estuvieran aún más mullidos, aunque es algo que no solemos encontrar en la inmensa mayoría de los coches, por lo que no es algo criticable-.

Los asientos han sido rediseñados y son ahora más envolventes; ofrecen una mejor sujeción lateral en las curvas e integran una espuma más densa, para mayor durabilidad y confort. Asimismo, el cojín de los asientos es 20 mm más largo, aunque nos sigue pareciendo algo corto. También nos hubiera gustado que la zona lumbar se adaptara mejor al cuerpo.
El tapizado de los asientos también ha mejorado. Ahora la tela tiene un mejor tacto y también ofrece un aspecto más cuidado. Al igual que la anterior generación, el tejido parece sufrido, resistente y fácil de limpiar.
En los asientos posteriores, los reposacabezas son de tipo "coma", lo que garantiza la visibilidad del conductor cuando no hay pasajeros a bordo. El nivel de confort, pese a que los asientos son algo planos y no hay reposabrazos en la plaza central, es bastante correcto. Por habitabilidad, es un coche muy satisfactorio.
Más práctico y con un maletero de gran capacidad
El habitáculo del nuevo Duster es mucho más práctico que el del anterior modelo. Cuenta con 27,2 litros en espacios de almacenamiento repartidos por el habitáculo, incluido un nuevo cajón situado debajo del asiento del pasajero que cuenta con una capacidad de 2,8 litros.

Menos ruidoso y con una calidad de rodadura superior
Cuando nos ponemos en marcha, queda patente que el Duster es un coche que ha dado un salto de calidad. Según Dacia, se ha tratado con especial cuidado el aislamiento acústico. El nivel sonoro dentro del habitáculo se ha reducido a la mitad gracias, sobre todo, al tratamiento de los ruidos de rodadura con materiales más insonorizantes. Para ello, se ha aumentando las superficies absorbentes en el habitáculo y en el compartimiento del motor de un 20 a un 50 %, se han reducido las fugas acústicas mediante colocación de masillas o de obturadores, se ha incrementado el grosor del cristal 0,35 mm en el parte delantera y los ruidos procedentes del motor y los de rodadura se han reducido haciendo más rígido el bloque delantero (cuna, largueros, tablero), lo que atenúa la transmisión de vibraciones al habitáculo a través de la carrocería. Aún así, el ruido generado por el motor y, en menor medida, el aerodinámico, se hacen notar de manera evidente, aunque no molesta ni desgradable.

Muy competente cuando se acaba la carretera
Fuera del asfalto, sigue siendo un todoterreno robusto y capaz de afrontar cualquier tipo de dificultad. Si además optas, como era el caso de nuestra unidad de pruebas, por la versión con tracción integral, encontrarás un vehículo con una capacidad de tracción sobresaliente. Para las situaciones más comprometidas en las que la adherencia se complica por momentos, podemos bloquear el diferencial mediante un mando situado a la izquierda del conductor. Además, y para facilitar aún más las cosas, el Duster ofrece una distancia al suelo elevada (210 mm), un ángulo de ataque de 30 grados, otro de fuga de 33 grados en la versión 4X4 y otro ventral de 21 grados.

Especial mención merece el sistema de cámaras multivisión (cuatro cámaras: una frontal, dos laterales y una en la parte trasera del vehículo), que permite al conductor percibir mejor el entorno inmediato del vehículo. Este sistema resulta especialmente útil para las maniobras de aparcamiento. Se activa de forma automática al poner la marcha atrás. Si se pasa rápidamente a la marcha adelante, la cámara cambia de ángulo. También se puede accionar manualmente pulsado el botón «MVC» del mando de tipo teclado de piano. La pantalla es fácil de utilizar y muestra una sola cámara cada vez. El sistema se apaga pulsando el botón «MVC» o cuando la velocidad del vehículo sobrepasa los 20 km/h. Las cámaras laterales, posicionadas bajo los retrovisores, permiten ver directamente las ruedas delanteras y colocar con precisión el vehículo.

La versión que tuvimos la oportunidad de probar equipaba el motor diésel de 109 CV asociado a un cambio manual de seis velocidades -no hay opción de caja automática-. Como en otros modelos del Grupo Renault, no hay sorpresas con esta mecánica, pues es magnífica por rendimiento y bajo consumo de carburante. Además, también aporta mucho en cuanto a agrado de conducción se refiere, pues siempre se muestra enérgica y competente cuando queremos disfrutar de las mejores prestaciones (ver especificaciones técnicas).
Si hablamos de consumo de carburante, el Duster aprueba con nota, pues se conforma en ciclo medio, según nuestras mediciones, con un registro por debajo de los 6 litros a los 100 kilómetros, una cifra puede rebajarse aún más en función del tipo de conducción. En cualquier caso, los registros, en todo tipo de condiciones, siempre se mantuvieron bajos y tremendamente estables.

Tal y como hemos analizado a lo largo de toda la prueba, el equipamiento es uno de los puntos en los que más ha mejorado el nuevo Duster (ver todos los detalles de su equipamiento). Además de todo lo comentado, también nos gustaría destacar el sistema de tarjeta manos libres. Activa automáticamente la apertura de las puertas cuando el conductor se aproxima y las cierra cuando se aleja. Los warnings y los repetidores se encienden y apagan para señalar la apertura. Para el cierre, los warnings y los repetidores parpadean dos veces y se escucha una señal. Además, ya no hace falta sacar la llave del bolsillo para arrancar gracias al botón Start/Stop. Su funcionamiento nos ha parecido más cómodo y eficaz que en otros modelos del Grupo Renault y, también, en otros de la competencia mucho más costosos y lujosos.

También son de nueva factura el encendido automático de las luces y el sistema de limitador de velocidad, que permite al conductor moderar la velocidad sin tener que vigilar constantemente el contador y le ayuda a no sobrepasar la velocidad seleccionada. Es dispositivo es funcional a partir de 30 km/h. Tampoco debemos olvidar la nueva información que se muestra en pantalla multifunción, como la brújula que indica en tiempo real la inclinación del vehículo, y la función eco-coaching, que permite al conductor optimizar su conducción.

Nuestra conclusión
Dacia continúa inmersa en una evolución constante para ofrecer productos muy económicos a la vez que competitivos. El Duster da un gran salto de calidad para convertirse en una opción muy interesante para todos aquellos usuarios que quieran un todoterreno de verdad a un precio muy ajustado. Cabe destacar su ganancia en cuanto a equipamiento y nivel de confort se refiere, que ahora es claramente más elevado. La versión diésel de 109 CV es muy recomendable por el rendimiento y bajo consumo que ofrece. Si optas por la versión de tracción integral, encontrarás un vehículo aún más brillante para conducir en situaciones complicadas fuera del asfalto.
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Según tarifa, está disponible por 21.765 euros. En cualquier caso, si rellenas nuestro formulario de manera gratuita, podrás encontrar un precio aún más ajustado y exclusivo en tu concesionario de Dacia más cercano.
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Ahora esta versión de 109 CV se comercializa con una potencia de 115 CV.