Fiat rescata a Chrysler de la quiebra

Nace la "nueva" Chrysler, participada por Fiat en un 20 por ciento

Chrysler y Fiat sellaban ayer su alianza. Mediante ella se crea la "nueva" Chrysler, que será más pequeña, con otra gama de vehículos y con menos deuda. Es el primer fabricante estadounidense en salir de la quiebra. Lo hace gracias a una participación del 20 por ciento de Fiat en la nueva empresa. Es una participación ampliable al 35 por ciento.

La nueva sociedad, que se llama Chrysler Group LLC, además del 20 por ciento de Fiat, está participada en un 55 por ciento por los sindicatos de los trabajadores, en un 8 por ciento por el Gobierno estadounidense y en un 2 por ciento por el canadiense. Cuando Chrysler devuelva al ejecutivo de EE.UU. los 6.000 millones de dólares que le ha prestado para conseguir sobrevivir, la participación de Fiat podrá crecer hasta dominar el 51 por ciento de la empresa.

Por cierto, la marca italiana no ha puesto dinero a la hora de adquirir el 20 por ciento de Chrysler. Lo que aporta Fiat es su tecnología y su red de concesionarios. Según dijo ayer el jefe de la marca italiana, ambos fabricantes están desarrollando ya "vehículos de alta calidad (...) y ahorradores de carburante".

El Consejo de Administración de la nueva Chrysler estará formado por nueve integrantes: tres representantes fijados por Fiat, cuatro por el Gobierno estadounidense, uno por el canadiense y uno por los empleados.

Es la unión de dos empresas complementarias. Fiat no tiene presencia en Estados Unidos, pero sí en Europa, en mercados asiáticos y en América Latina. Chrysler, en cambio, tiene su principal público entre los estadounidenses. Compartiendo la red de concesionarios, ambas ampliarán su cuota de mercado. Precisamente, Fiat lleva tiempo planeando volver a comercializar sus coches en EE.UU. Los Alfa Romeo, el pequeño 500,... la marca cree que se venderán bien allí.

Además, mientras la empresa italiana fabrica coches pequeños, Chrysler tiene una gama de coches grandes y de todoterrenos. Cuando la compañía estadounidense empiece a trabajar con las plataformas de los coches de Fiat y con sus motores, más pequeños y menos dañinos para el medio ambiente, crecerá su cartera de clientes. Ésa es, al menos, la idea. Porque, igual que ha pasado con GM, el problema de Chrysler es que se ha empecinado en seguir fabricando vehículos grandes, potentes y con consumos de gasolina muy altos. Y la sociedad ya no demanda coches así.