Prueba del CUPRA Tavascan

EXTERIOR

El CUPRA Tavascan se desmarca dentro del segmento de los SUV eléctricos con un lenguaje de diseño muy definido y cercano al concept original de 2019. No es un “SUV tradicional”: apuesta por la silueta coupé con techo descendente hacia la zaga, lo que condiciona tanto la estética como la habitabilidad trasera.

• Frontal: el morro está dominado por la firma lumínica de tres triángulos LED, que CUPRA quiere convertir en su sello distintivo. La parrilla está cerrada —propio de los eléctricos—, pero se ha trabajado en volúmenes y superficies para que no dé sensación plana. El logotipo iluminado en el centro del frontal refuerza el carácter tecnológico, aunque puede ser percibido como un elemento más estético que funcional.
• Laterales: las proporciones son musculosas, con pasos de rueda marcados y superficies tensas. El techo descendente, junto con la línea de cintura ascendente, enfatizan el aire coupé, pero reducen visibilidad trasera y altura en plazas posteriores. CUPRA ha trabajado en llantas de gran tamaño (19, 20 y hasta 21 pulgadas) con diseños aerodinámicos, que además de estética tienen impacto en eficiencia (a más tamaño, más consumo).
• Zaga: incorpora un portón con un fuerte plano inclinado y un alerón dividido que ayuda tanto a la estética deportiva como a la aerodinámica. El grupo óptico trasero une ambos lados con una franja continua iluminada, también con los triángulos característicos.
• Aerodinámica: con un coeficiente de penetración de Cx 0,26, la carrocería se ha optimizado para reducir resistencia al aire. Elementos como el difusor trasero funcional, las tomas de aire delanteras simuladas y el spoiler trasero buscan equilibrar diseño con eficiencia.
• Dimensiones: mide 4,64 metros de largo, 1,86 m de ancho y 1,60 m de alto, con una batalla de 2,77 m. Estas cotas lo colocan en la zona media-alta del segmento de SUV coupé eléctricos, con un tamaño suficiente para garantizar espacio interior y un maletero de 540 litros.

En conjunto, la carrocería transmite una estética muy personal, que diferencia al Tavascan de sus competidores directos (como Volkswagen ID.5 o Skoda Enyaq Coupé). Sin embargo, ese mismo diseño coupé implica compromisos: la caída del techo resta algo de habitabilidad en la segunda fila y el ángulo de visión trasero es reducido, lo que obliga a depender más de la cámara y los asistentes de aparcamiento.

El Tavascan en detalle
El diseño exterior del CUPRA Tavascan no se limita a la estética: cada trazo tiene una función. La silueta coupé y el alerón dividido favorecen la aerodinámica, las llantas específicas canalizan el aire para reducir turbulencias y la firma lumínica de tres triángulos se convierte en seña de identidad. Con un coeficiente aerodinámico de 0,26, el modelo combina eficiencia con una imagen diferenciadora que lo aleja de los SUV eléctricos más convencionales.

INTERIOR

Nada más abrir la puerta, el habitáculo sorprende. CUPRA ha querido crear un espacio que no recuerde a ningún otro SUV eléctrico del grupo Volkswagen, y lo consigue gracias a esa “espina dorsal” central que cruza el salpicadero en diagonal. Más allá de ser un recurso de diseño, actúa como elemento estructural y divide visualmente el habitáculo, dándole un aire de concept car llevado a la calle.

Puesto de conducción

El asiento se percibe bajo para ser un SUV, lo cual es un acierto: te sitúa más integrado con el coche y refuerza la sensación de control. Los asientos deportivos de serie ya ofrecen un buen compromiso entre confort y sujeción lateral, pero con los opcionales CUPBucket el salto es notable: sujetan mejor en curvas, aunque sacrifican un poco de comodidad en trayectos largos.

El volante es compacto, con dos grandes mandos en los radios inferiores que permiten cambiar modos de conducción sin apartar la vista de la carretera. El tacto es correcto, aunque la cantidad de botones y superficies táctiles puede abrumar al principio.

Pantallas y ergonomía

La instrumentación digital tras el volante es clara, aunque minimalista en exceso: ofrece lo básico (velocidad, autonomía, asistentes), y para el resto hay que mirar a la gran pantalla central de 15 pulgadas. Esta es, sin duda, la protagonista del interior. La disposición flotante está bien resuelta, los menús son más intuitivos que en otros modelos del grupo y la velocidad de respuesta es correcta.

Sin embargo, el touch bar retroiluminado bajo la pantalla sigue siendo un punto débil: manejar el volumen o la climatización requiere fijarse y, en marcha, puede resultar poco preciso. CUPRA lo ha mejorado respecto a otros modelos, pero sigue sin ofrecer la practicidad de botones físicos.

El Head-up Display con realidad aumentada es uno de los puntos fuertes: proyecta indicaciones de navegación directamente en la carretera y mejora la seguridad al evitar desviar la vista. En conducción urbana y en viajes largos resulta realmente útil.

Materiales y acabados

La calidad percibida es buena. No llega a los estándares premium de Audi o BMW, pero los plásticos blandos en zonas visibles, los tapizados con microfibra y la iluminación ambiental en varias capas transmiten un nivel superior a la media del segmento. La iluminación ambiental, en particular, refuerza el carácter juvenil y tecnológico del coche, aunque puede parecer recargada para quienes busquen sobriedad.

Los ajustes son sólidos, no hay crujidos en superficies habituales y los detalles de cobre (propios de la marca) aportan identidad.

Habitabilidad y maletero

En las plazas delanteras el espacio sobra: buena anchura y altura, con múltiples reglajes eléctricos en los asientos. En las traseras, el techo descendente del coupé se hace notar: los pasajeros altos rozarán el techo, y la entrada/salida no es tan cómoda como en un SUV de línea convencional. La anchura, en cambio, es correcta para tres pasajeros, aunque el túnel central elevado (por la batería) resta comodidad al ocupante central.

El maletero ofrece 540 litros, cifra competitiva en su segmento, con formas regulares y portón eléctrico. No dispone de frunk (maletero delantero), lo que resta versatilidad frente a algunos rivales.

Conclusión interior

En conjunto, el interior del Tavascan es atrevido y tecnológico, con muchos puntos fuertes en diseño y conectividad, pero también con compromisos claros: la ergonomía de algunos mandos táctiles, la altura limitada en las plazas traseras y la ausencia de maletero delantero.

Sonido y ambiente
El sistema de sonido Sennheiser opcional (12 altavoces y 425 W) es uno de los extras más recomendables. La nitidez y el refuerzo de graves marcan una gran diferencia respecto al sistema base. En combinación con la iluminación ambiental y el Head-up Display, el habitáculo consigue esa atmósfera “digital y envolvente” que CUPRA quiere transmitir.

SISTEMA DE PROPULSIÓN

Conducimos el CUPRA Tavascan Endurance, equipado con un motor trasero de 286 CV y batería de 77 kWh, para comprobar cómo se comporta su sistema eléctrico en prestaciones, autonomía y tiempos de carga.

Un motor que responde sin estridencias

Al pisar el acelerador por primera vez, lo que sorprende no es un empuje brutal, sino la progresividad. El motor trasero de 210 kW (286 CV) entrega sus 545 Nm de par de manera inmediata, pero no descontrolada. El coche sale con fuerza desde parado, y el cronómetro lo confirma: 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. No es un deportivo radical, pero sí un SUV eléctrico que se mueve con solvencia en cualquier situación.

En recuperaciones, por ejemplo al adelantar en carretera, el empuje es más que suficiente y transmite seguridad. La tracción trasera está bien afinada y no hay pérdidas de motricidad, ni siquiera sobre firme húmedo. CUPRA ha preferido dar prioridad a la eficiencia y estabilidad más que a la aceleración explosiva.

Autonomía realista y gestión del consumo

El Tavascan Endurance homologa 568 km de autonomía WLTP, pero en uso real la cifra se reduce. Conduciendo en modo Comfort, combinado entre ciudad, carretera y autopista, la proyección más realista se mueve entre 430 y 480 km. Es un rango suficiente para viajes largos con una sola parada, aunque la elección de llantas es clave: con las de 21 pulgadas el consumo sube claramente, superando los 18 kWh/100 km en lugar de los 15,2–16 kWh/100 km homologados.

La gestión de regeneración es configurable: en ciudad se puede optar por un nivel alto y así aprovechar la conducción de un solo pedal, mientras que en carretera un nivel más bajo permite mantener la fluidez. Este ajuste ayuda a optimizar consumos en función del entorno.

Prestaciones limitadas en velocidad punta

Aunque las aceleraciones son solventes, el Tavascan se encuentra limitado electrónicamente a 180 km/h. Es más que suficiente para carreteras españolas, pero quien espere un SUV eléctrico con aspiraciones de alta velocidad encontrará esta cifra corta. CUPRA ha priorizado aquí la seguridad y la eficiencia sobre el rendimiento absoluto.

Tiempos de carga y opciones de recarga

En viajes largos, la carga rápida es esencial. El Tavascan admite hasta 135 kW en corriente continua, lo que en la práctica significa pasar del 10% al 80% en unos 30 minutos en un cargador de esa potencia. Además, en apenas 7 minutos puede recuperar alrededor de 100 km de autonomía, útil para paradas breves.

En casa, con un wallbox de 11 kW en corriente alterna, la carga completa de la batería de 77 kWh tarda unas 7 horas, lo que permite cargarlo durante la noche sin problemas. Con un enchufe doméstico convencional, los tiempos se disparan y no es recomendable salvo para emergencias.

La gestión de la carga se realiza a través de la app My CUPRA, que permite programar horarios, aprovechar tarifas nocturnas y climatizar el coche mientras sigue enchufado, optimizando así la autonomía desde la salida.

Conclusión mecánica

El CUPRA Tavascan Endurance ofrece un sistema eléctrico bien equilibrado: potencia suficiente para el día a día, autonomía competitiva, tiempos de carga razonables y un consumo que se mantiene en cifras correctas si se evitan las configuraciones menos eficientes. No busca ser el más rápido, sino un SUV eléctrico con prestaciones solventes y uso práctico.

Tres puntos positivos

• Prestaciones equilibradas: aceleración suficiente (0–100 en 6,8 s) sin comprometer autonomía.
• Carga rápida a 135 kW con buena recuperación de kilómetros en pocos minutos.
• Gestión eficiente de la batería y regeneración configurable para optimizar consumos.

Tres puntos negativos

• Velocidad máxima limitada a 180 km/h, corta frente a rivales con planteamiento más deportivo.
• Autonomía real sensible a las llantas grandes y estilo de conducción.
• Carga doméstica lenta en enchufe convencional, obliga casi a instalar un wallbox.

COMPORTAMIENTO DINÁMICO

El CUPRA Tavascan Endurance llega como SUV coupé 100% eléctrico con 286 CV y tracción trasera. Lo ponemos a prueba para comprobar si su chasis, dirección y entrega de potencia cumplen con el carácter deportivo que CUPRA promete.

Primeras sensaciones: silencio y suavidad

Arranco en modo Comfort y lo primero que noto es el silencio absoluto. El coche se desliza con suavidad y la respuesta al acelerador es inmediata, pero dosificable: no es un eléctrico que te empuje de golpe, sino que entrega los 545 Nm de par de forma progresiva. En ciudad se mueve con ligereza, con una dirección blanda que facilita las maniobras y un radio de giro correcto pese a sus 4,64 metros de longitud.

En carretera revirada: precisión sorprendente

Al salir a carreteras secundarias, selecciono el modo CUPRA. La dirección progresiva gana peso y transmite más información. La carrocería se mantiene firme y apenas balancea, algo que sorprende teniendo en cuenta los más de 2.100 kilos que arrastra. El centro de gravedad bajo, gracias a la batería situada en el piso, juega a su favor.

En enlazadas rápidas se percibe estable y bien asentado, con un eje trasero que trabaja con eficacia. El multibrazo trasero y el DCC Sport marcan la diferencia: el coche pisa con seguridad, sin rebotes ni inercias incómodas. No llega a ser deportivo en el sentido más radical, pero sí transmite confianza para apurar frenadas y encarar curvas con decisión.

Los neumáticos de perfil bajo y llantas de 21 pulgadas del modelo probado añaden agarre, aunque penalizan algo el confort sobre asfalto irregular: las juntas de dilatación y baches se sienten más de lo deseado en el habitáculo.

En autopista: confort y seguridad

En vías rápidas, el Tavascan se transforma. Con el modo Comfort recupera suavidad y el aislamiento acústico es notable: apenas se cuela ruido aerodinámico y el rodadura está bien contenida. El control de crucero adaptativo y el asistente de carril trabajan de manera fluida, sin correcciones bruscas.

Eso sí, la limitación electrónica a 180 km/h recuerda rápidamente que no estamos ante un eléctrico pensado para grandes velocidades sostenidas. En todo caso, la sensación a 120 km/h es de gran aplomo: no se perciben flotaciones ni movimientos incómodos, incluso con viento lateral.

Recuperaciones y uso práctico

En adelantamientos, el empuje es inmediato. El 0 a 100 km/h en 6,8 segundos refleja que no es un eléctrico radical, pero en la práctica sobra potencia para incorporaciones o recuperaciones en autopista. Lo interesante es cómo se entrega la potencia: lineal, controlada y sin pérdidas de tracción pese a ser un tracción trasera.

El sistema de regeneración de energía ofrece varios niveles: en modo más intenso permite conducir prácticamente con un solo pedal en ciudad, mientras que en carretera es preferible dejarlo en un ajuste más suave para no comprometer la fluidez.

Conclusión dinámica

El CUPRA Tavascan Endurance no es un deportivo disfrazado de SUV, pero sí un coche con un comportamiento dinámico muy trabajado. Ofrece equilibrio entre confort y agilidad, se siente sólido y preciso en curvas, y resulta especialmente cómodo en largos trayectos. Sus limitaciones vienen por el peso y la velocidad máxima contenida, pero a cambio se gana en seguridad y eficiencia.

Tres puntos positivos

• Dirección progresiva precisa y chasis que transmite confianza en curvas.
• Buen aplomo en autopista y confort de marcha en trayectos largos.
• Tracción trasera bien calibrada: entrega de potencia lineal y sin pérdidas.

Tres puntos negativos

• Peso elevado (más de 2.100 kg), que limita la agilidad pura.
• Llantas grandes penalizan confort y autonomía real.
• Velocidad máxima limitada a 180 km/h, corta para un coche de carácter deportivo.