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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
29/01/2017
Por Gustavo Rodríguez Hernandez

Prueba del smart fortwo cabrio BRABUS

Conducimos la versión más deportiva y costosa de la gama.

El nuevo smart BRABUS es la versión más potente y deportiva de la gama –está disponible en todos los modelos de la marca-. Respecto al resto de versiones, la que responde a la denominación BRABUS, se diferencia gracias a su estética, chasis y motor. Nosotros probamos la versión descapotable (Cabrio), que se puede adquirir desde 22.450 € (ver todos los precios).

Visualmente, estas versiones llaman la atención gracias a la moldura para el difusor trasero en gris mate con embellecedores de la salida de escape en efecto cromado, así como por las llantas de aleación BRABUS Monoblock IX gris mate pulidas a alto brillo. En el smart fortwo se montan los neumáticos deportivos Yokohama con las dimensiones 185/50 R16 H (delante) y 205/40 R17 H (detrás). En el smart forfour las dimensiones son 185/45 R17 H (delante) y 205/40 R17 H (detrás). Todos los modelos smart BRABUS están equipados de serie con guantera con cerradura, paquete Cool & Audio y función de advertencia de distancia. El smart BRABUS fortwo coupé y forfour disponen además de techo panorámico de serie.

Nuestra unidad de pruebas estaba pintada en color gris mate, que es muy recomendable si se desea un aspecto exterior aún más atractivo. Es opcional y cuesta 562 euros.

Un interior más deportivo

El interior también cuenta con cambios específicos. Si se opta por la versión Xclusive, se puede disfrutar de un acabado más deportivo. Este nivel de acabado dispone de asientos deportivos tapizados de napa perforada/cuero negro con costuras específicas en gris, reloj y cuentarrevoluciones, emblema Xclusive en la escuadra del retrovisor o en el montante B. Además, la versión BRABUS Xclusive incluye de serie paquete LED & Sensor, asientos del conductor y el acompañante con calefacción y asientos traseros readyspace con caja para equipaje extraíble en el smart forfour.

Si los acabados de la carrocería están muy cuidados, más que cualquier otro vehículo de este tamaño, no podemos decir lo mismo del interior. Hay piezas, como la visera que cubre el cuadro de instrumentos, el túnel central que divide las dos plazas y el cuadro del cuentarrevoluciones, que resultan endebles cuando se tocan. Asimismo, los materiales utilizados no son de una gran calidad; todos son duros al tacto y el aspecto es muy sencillo. Sin embargo, el acabado interior se ve mejorado, muy levemente, gracias a un recubrimiento textil que cubre la parte más visible del salpicadero. Adicionalmente, en cuanto a acabados se refiere, también nos sorprendió negativamente que todo el mecanismo del techo se ve desde el interior -no cuenta con ningún recubrimiento textil-.

El interior, aun teniendo en cuenta que es pequeño, no es demasiado práctico. La guantera ofrece poca capacidad y no está iluminada. En la consola central, hay dos posavasos muy pequeños que no sirven para dejar algunos recipientes de bebidas, ni tampoco un teléfono móvil. Sin embargo, las puertas tienen unas bolsas rígidas que resultan bastante amplias, y detrás de los asientos hay una amplia bandeja y una red para guardar bastantes cosas. Ninguno de los huecos cuenta con recubrimientos de goma o textil para evitar ruidos y que los objetos más frágiles puedan dañarse.

Los asientos son confortables y sujetan adecuadamente el cuerpo, aunque no nos parecen radicalmente envolventes como en otras versiones de corte deportivo. La posición es confortable y se consigue con facilidad. Tan sólo debemos apuntar que, en nuestro caso, el reposapiés resultaba algo invasivo.

El maletero, que tiene una capacidad de 190 litros, es suficientemente capaz para lo que cabe esperar en un coche de este tamaño. Al igual que otros compartimentos del vehículo, no tiene iluminación. En el pequeño portón, que es de apertura eléctrica, se pueden guardar los montantes laterales de la carrocería, que se pueden extraer con facilidad y poco esfuerzo.

La apertura del capó es menos sofisticada y hasta algo engorrosa (ver imagen). En lugar de optar por la apertura habitual que encontramos en todos los coches. En el Smart hay que desbloquear dos tiradores situados en la calandra para, posteriormente, tirar del propio capó para poder acceder a los líquidos y la batería. Una vez abierto, el capó queda sujeto por unos tirantes -una solución que nos ha parecido demasiado barata y rudimentaria para lo que cabe esperar en un coche tan costoso-.

Un motor que gana en potencia

Este modelo equipa un motor de tres cilindros, 898 cm3 y 109 CV. Aunque es una motorización que responde con suavidad, vibra demasiado, sobre todo cuando funciona al ralentí. Con respecto al modelo anterior, la potencia nominal aumenta 5 kW hasta los 80 kW/109 CV a 5.750 rpm, mientras que el par motor máximo se incrementa 23 Nm hasta los 170 Nm a 2.000 rpm. Esta mejoras, proporcionan una velocidad punta superior, pero una aceleración peor que la del modelo precedente (acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos y una velocidad máxima de 165 km/h). Las prestaciones no se ajustan a lo que cabe esperar en un coche de este peso y potencia.

El consumo de carburante es elevado. Nosotros no hemos sido capaces de bajar de 6,3 l/100 km en carretera y sin preocuparnos por practicar una conducción eficiente. En ciudad, se pueden superar los 8 l/100 km sin dificultad.

Respecto al resto de versiones, esta motorización cuenta con una presión de combustible que se ha elevado en 2 bares, la entrada de aire al motor se ha optimizado, el equipo de escape ha sido optimizado en lo relativo a la contrapresión y un cambio automático que ofrece una configuración más deportiva. Esta caja de seis velocidades, que se puede manejar desde la palanca de cambios, o bien, desde unas levas situadas detrás del volante, es muy rápida y es una gran aliada para disfrutar de la conducción y sacar el máximo partido al motor. Además, para ganar en deportividad, posee una función race start, que permite ajustar automáticamente el número de revoluciones y el resbalamiento óptimo del embrague para obtener la máxima aceleración posible. Para utilizar la función race start el conductor solo tiene que levantar el pie del pedal del freno mientras pisa a fondo el pedal del acelerador.

Esta versión dispone un tren de rodaje estándar, que es más rígido que el de una versión normal. Si se busca mayor deportividad, se puede optar por la suspensión BRABUS Performance, que es un 20 por ciento más dura y cuenta con una barra estabilizadora específica en el eje delantero que reduce el balanceo un 9%. Por su parte, el control de estabilidad (ESP) posee una puesta a punto específica para no ser tan intrusivo.

La dirección, con un ajuste distinto para esta versión, transmite muy buenas sensaciones y un tacto preciso. Nos hubiera gustado que fuera más directa, pero preferimos que sea tal y como es, ya que nos ofrece un radio de giro enorme que aporta una barbaridad para encontrar el coche más maniobrable del mercado.

El smart fortwo cabrio BRABUS es un coche muy vivo de reacciones, pero noble y eficaz en todo tipo de circunstancias. Pese a que se trata de un tracción trasera con un motor dispuesto debajo del maletero, no hay pérdidas de tracción en el eje motriz, ni tampoco es un coche que reaccione de manera descontrolada. En curva lenta, es un coche muy ágil en el que el tren delantero entra muy bien y, el trasero, se puede descolocar con facilidad para conseguir un paso por curva lo más neutro posible. Ya en curva rápida, el pequeño Smart muestra un carácter muy subvirador, que puede limitarle algo en eficacia.

Nuestra conclusión

El fortwo cabrio BRABUS es un coche muy especial, que supone una gran opción para moverse por ciudad con un toque más deportivo que el resto de versiones. No obstante, es un coche caro, ruidoso, con un motor que debería ser mejor en prestaciones y consumo, y con un nivel de acabados que no se corresponde con el precio que tiene. En cualquier caso, se trata de un vehículo diferente, lleno de sensaciones y que agrada conducir por lo ágil y ligero que resulta.
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GUSTAVO RODRÍGUEZ HERNANDEZ

Periodista especializado con 20 años de experiencia en el sector de la automoción. Fue director del área de Motor de Cadena Cope Castilla y León durante 3 años. Posteriormente, fue redactor y probador de coches en AUTOhebdo Sport, Revista Top Auto y sobrecoches.com. Desde el año 2011, es el responsable de pruebas y producto de cochesyconcesionarios.com

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