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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
26/09/2011
Por Goti Martínez Pérez

Prueba del Renault Latitude 2.0 DCi 150 CV Expression

Grata sorpresa, bastante más de lo que esperábamos a priori.

Antecedentes

El proyecto del Renault Latitude nació como un Laguna de tres cuerpos -internamente se le conocía como Laguna Tricorps-. Inicialmente, esta berlina, fue convenientemente adaptada a los gustos asiáticos y vestido por la marca coreana Samsung, ya que, éste, iba a ser su mercado principal.

Luego derivó en dos declinaciones, una para Asia y mercados donde Samsung tiene su mercado y, otra, para Europa, donde hubo que retocar el vehículo para acercarlo a los gustos europeos, lo que desembocó en un cambio de salpicadero para diferenciarlo del Laguna y darle un argumento de venta diferente. De esta forma, el Latitude se posiciona como un producto "alto de gama" que se sitúa por encima del Renault Laguna.

Por este motivo, la primera sensación que nos encontramos es de "déjà vu" de algo conocido cuando vemos este imponente Renault de fabricación coreana. Nos resulta muy familiar, pero también nos causa la sensación de que no es el típico Renault. Algo nos dice que a este coche le falta parte de ese ADN Renault que hay en otros modelos. Puede ser el olor, los ajustes, los materiales, algo nos dice que no estamos ante un "típico"Renault.

El motor y el cambio

Probamos la versión diesel menos potente de toda la gama que, bajo mi punto de vista, es la más interesante y razonable de todas las disponibles.

La puesta a punto de este motor está concebida para que la suavidad, el refinamiento y el agrado de conducción sean los puntos clave. La respuesta al acelerador es muy lineal, plana y progresiva. No se perciben molestos tirones o bruscas aceleraciones. Es un motor que no decae en prácticamente toda su banda de utilización, y resulta agradable por lo bien que responde en casi cualquier circunstancia. Además, no tiene retardos significativos en la entrega de potencia y es agradecido a la petición del acelerador. Si tuviera algo más de respuesta en la parte más baja del cuentavueltas, sería perfecto.

Este motor está asociado a un cambio manual de seis velocidades. El desarrollo elegido es más bien largo, algo que se puede permitir este motor, y que se agradece para que el ruido mecánico, el consumo y la suavidad de marcha salgan ganando frente a las prestaciones puras y duras, que no es el cometido principal de este coche.

El desarrollo elegido permite que el confort acústico y el consumo en carretera sea muy bajo, ridículo diría yo. Según nuestras mediciones, obtuvimos un consumo medio de 6,5 litros a los 100 km en un recorrido que combinaba, ciudad, autovía y carretera de montaña. Así que, con los 70 litros de capacidad que tiene el depósito de carburante, pudimos recorrer 1.070 kilómetros sin visitar la estación de servicio.

El tapón del depósito de carburante es de rosca. Es un poco engorroso para quitarlo y ponerlo, ya que está sujeto por un cordón de plástico demasiado rígido, además es probable que tarde o temprano nos llevemos el olor del carburante pegado a nuestra mano. En la tapa que cubre la boca del depósito hay un soporte para colocar el tapón. No entendemos por qué no equipa una toma de combustible sin tapón, el Renault Laguna si la lleva. Sobre todo, si tenemos en cuenta que estamos ante el modelo de Renault más alto de gama.

El capó que cubre el motor es de aluminio y, además, está asistido por dos amortiguadores que facilitan mucho las cosas para que podamos abrirlo y cerrarlo sin esfuerzo. Se agradece, ya que  es enorme.

Su conducción

El Renault Latitude es un coche agradable de conducir. Todos los mandos de control se manejan con poco esfuerzo. La dirección y los pedales tienen una asistencia suave y la palanca de cambios tiene un guiado que permite que se pueda manejar con rapidez y suavidad.

El tarado de las suspensiones es muy suave y tienen, como misión principal, tratar lo mejor posible a los ocupantes. Lo consiguen. Son capaces de absorber perfectamente las imperfecciones del asfalto y, además, sujetan correctamente la carrocería, incluso cuando extiende.

Pese a que el Renault Latitude es una berlina de casi cinco metros y 1.610 kg de peso, es un coche que sorprende gratamente por la agilidad que tiene. Cuando lo conduces en carreteras con muchas curvas, la sensación es la de un coche ligero y ágil de reacciones. El tren trasero es muy receptivo en los giros y ayuda a cerrar muy bien la trayectoria.

Cuando circulamos por autovías y, principalmente en línea recta, es un rodador incansable que trata muy bien a los ocupantes y que hace que los largos desplazamientos sean muy confortables.

Nuestra unidad de pruebas equipaba unos neumáticos Michelín Energy Saver 215/55 R16 93V con código de carga "93" y de velocidad "V". Según Michelín, son unos neumáticos diseñados para que sean menos contaminantes. Además, permiten que se reduzca el consumo de carburante en 80 litros y se incremente su vida útil en 10.000 km más que unos neumáticos equivalentes.

Sólo hemos podido probar el Renault Latitude con asfalto seco. La adherencia que ofrecen estos neumáticos nos ha parecido muy pobre y claramente mejorable. Creemos que con otros neumáticos, el comportamiento dinámico del Latitude mejoraría considerablemente.

La dirección hidráulica asistida por bomba eléctrica es muy directa y rápida, algo que se agradece para guiar al Latitude con agilidad. Además, tiene un grado de asistencia que permite que su tarado sea muy suave.

El cambio presenta unos recorridos un poco largos, aunque esto no es un impedimento para que se pueda manejar con rapidez, suavidad y poco esfuerzo.

Los pedales siguen la misma línea del resto de los mandos de control. Tan sólo mejoraría el tacto del pedal del acelerador. Tiene un doble fondo que permite desactivar el regulador de velocidad -me parece poco sofisticado para un modelo de esta categoría-.

Como suele ser habitual en Renault , el equipo de frenado está especialmente cuidado; los frenos son potentes, aguantan perfectamente el uso intensivo y ofrecen unas distancias de frenado bastante cortas. Las frenadas a baja y media velocidad son potentes. Cuando la frenadas son a altas velocidades, la frenada sigue siendo igual de potente y satisfactoria, no obstante, si los neumáticos fueran mejores, la frenada mejoraría aún más en este tipo de condiciones.

El alumbrado delantero está formado por luces de descarga de gas xenón para las funciones de cruce y carretera; alumbra perfectamente y facilita muchos las cosas cuando se circula por carreteras con escasa iluminación.

Al volante

La posición al volante es confortable y hay reglajes amplios y suficientes en asiento y volante para encontrar una buena postura con rapidez. Todos los mandos que permiten reglar ambos elementos se manejan con poco esfuerzo.

La habitabilidad interior es uno de los puntos fuertes del Renault Latitude. En las plazas delanteras encontramos el espacio que cabe esperar en una berlina de este tamaño. No hay queja.

El Renault Latitude tiene una batalla un poco más larga que la del Laguna -sólo 6 mm mayor-, además, se ha realizado un trabajo especial para retrasar las plazas traseras y dotarlas de mayor habitabilidad, lo que se traduce en un nivel de confort sobresaliente. Hay mucho espacio para las piernas y anchura y altura más que suficiente. En este sentido, el Renault Latitude es más recomendable que otras berlinas de similar tamaño. El tapizado de los asientos traseros y paneles de las puertas es el mismo que en las plazas delanteras, el mullido de los asientos resulta cómodo (ni muy duro ni muy blando). Para mejorar el nivel de confort, hay apoyabrazos un apoyabrazos en el centro de los asientos. Los apoyabrazos de las puertas (delanteras y traseras) tiene un mullido escaso y un recubrimiento de tela demasiado áspero para que los codos apoyen con comodidad, sobre todos si vamos en manga corta.

El espacio interior

El interior tiene un aspecto y calidad equiparable a un Renault Laguna con un nivel de acabado similar. La mayoría de los ajustes no tienen fallos ni espacios o tolerancias excesivas y presentan un buen acabado. Todo el interior esta recubierto con materiales de muy buena apariencia. Tanto los plásticos empleados en el salpicadero y consola, como los guarnecidos plásticos y textiles de puertas, asientos y suelo tienen buena apariencia y tacto agradable.

Los plásticos que no son blandos, están bien pintados con un acabado mate. Otros plásticos tienen un acabado brillante que da buen aspecto, como los de la consola y los tiradores de las puertas.

Sus asientos

Los asientos delanteros son correctos. Cumplen con el objetivo de ser cómodos y recoger adecuadamente el cuerpo, no obstante, a mi me hubiera gustado encontrar unos asientos más acordes con la calidad del modelo, aunque para eso hay que optar por otros acabados superiores y más costosos. Están forrados con un tapizado de tela que es bastante adherente, sufrido y parece fácil de limpiar. Los reposacabezas quedan lejos de la cabeza. Echamos mucho de menos los estupendos reposacabezas de "tipo libro"que monta Renault, sólo disponibles en el Latitude a partir del acabado Privilege, algo que no entendemos en un elemento de seguridad básico.

Los asientos de las plazas traseras cuentan con los mismos niveles de calidad y confort que los de las plazas delanteras. En todos los asientos, la longitud de la banqueta es un poco corta, pero eso ya va en gustos y complexiones. Los reposacabezas tienen una regulación en altura muy amplia, aunque quedan lejos de la cabeza.

Sus mandos.

El cuadro de instrumentación tiene una tipografía e iluminación muy clara y agradable de ver -los relojes son blancos y las agujas son de color rojo-. La iluminación del cuadro es permanente. Cuando se circula de noche, se puede regular la intensidad de la iluminación. Durante el día, con las luces apagadas, la iluminación tiene la misma intensidad y se visualiza con claridad.

El resto de los testigos de la consola, puertas y pantalla multifunción tienen una tipografía e iluminación blanca, lo que es muy agradable a la vista.

Los mandos del puesto de conducción están muy bien dispuestos y se nota que tienen una ergonomía bien estudiada.

El mando para el menú del ordenador es sencillo e intuitivo. Está en el mando de los ajustes del limpia y lava parabrisas. Integra dos botones que permiten ir hacia delante y hacia atrás sin tener que recorrer todo el menú de lado a lado. En el ordenador de bordo se pueden consultar los consumos medios e instantáneos y totales, velocidades, distancias, etc.

En el centro del cuadro de instrumentos hay una pantalla multifunción de cristal líquido de color que muestra la información relativa al ordenador de bordo, de la apertura de las puertas y del regulador de velocidad. Toda la información del display tiene un aspecto moderno y ordenado.

Los mandos para luces y limpiaparabrisas están bien colocados, tienen un funcionamiento bueno y su tacto es suave y agradable.

Los botones dispuestos en el volante son muy buenos por tacto y funcionamiento. Están dispuestos en dos grupos de botones a ambos lados de los radios del volante. A la izquierda, tenemos los mandos que gestionan el ámbito de velocidad del regulador y limitador de velocidad. A la derecha, se sitúan los botones que cancelan o resumen el funcionamiento del regulador y limitador de velocidad. Y nada más. En este sentido, es de agradecer que haya fabricantes que deciden que no somos pilotos de caza o de fórmula 1, por lo que evitan llenar el volante de botones y mandos.

A la derecha de la columna de dirección tenemos un mando satélite que sirve para manejar el sistema de audio y el control del teléfono bluetooth. Me parece un mando perfecto en el que los botones tienen un tacto agradable, con un movimiento amplio y bien definido. Es decir, cuando pulsamos un botón o hacemos girar una ruleta, sabemos que hemos apretado un botón y que hemos pulsado una ruleta sólo por el tacto. Además, es un mando sólidamente anclado al soporte y no tiene bordes cortantes ni filos ni rebabas.

El volante tiene un diámetro perfecto, un buen grosor, tacto duro y está recubierto de un cuero de tacto agradable. He disfrutado mucho utilizándolo, ya que se maneja con mucha agilidad.

El sonido

La consola contiene el climatizador y los mandos del equipo de audio "Arkamys 3D" Gestiona bien, tanto discos CD con mp3/wma/cd audio y memorias USB, como sistemas mp3 vía conexión USB y Jack. La calidad del sonido es más que correcta y satisfactoria.

El climatizador tiene un funcionamiento bueno. Permite poner la temperatura para cada ocupante de las plazas delanteras y dejar que el climatizador funcione en modo automático, haciéndolo siempre de forma suave y manteniendo la temperatura sin grandes cambios, y lo que es mejor, sin enviarnos un fuerte flujo de aire demasiado potente para compensar saltos en la temperatura. Para las plazas traseras, tenemos salidas de aire al final de la consola (ver imagen).

La calidad de la climatización es buena en todo el habitáculo, algo que agradecerán los ocupantes de las plazas traseras.

Sus huecos interiores facilitan la vida a bordo

El habitáculo no tiene demasiados compartimentos en el interior, no obstante, los que tiene, están muy bien situados y ofrecen buena capacidad. Para empezar, el conductor tiene a su izquierda un pequeño compartimento con tapa que está tapizado con terciopelo y fondo de goma.

En la consola central, hay un pequeño cenicero que ocupa muy poco espacio y un compartimento que tiene dos posavasos en el que se pueden dejar dos botellas de litro y medio. Entre los dos asientos, tenemos un apoyabrazos muy confortable, forrado de cuero, que se puede regular longitudinalmente y que oculta un práctico cofre con suficiente espacio. Este cofre tiene un monedero y dos conexiones (USB y Jack). El suelo está revestido de goma.

La guantera tiene mucha capacidad y es muy profunda. Está cubierta por una tapa, de apertura y cierre amortiguado, que está revestida con una fibra de terciopelo y que integra un pequeño compartimento. Lo peor de la guantera es que la iluminación es pobre y no está climatizada ni guarnecida por completo -a partir del acabado "Privilege"toda la guantera está guarnecida de terciopelo.

En el techo, cerca del parabrisas, se encuentra el típico compartimento que sirve para dejar las gafas. En el caso del Renault Latitude, este compartimento es muy útil, ya que tiene suficiente capacidad para guardar unas gafas voluminosas de adulto. El interior está guarnecido con un material acolchado que evita que los cristales de las gafas puedan rayarse.

Las cuatro puertas integran bolsas rígidas. Todas tienen capacidad suficiente como para guardar una botella de litro y medio, por ejemplo. Ninguna de las bolsas destaca por tener una gran capacidad, aunque las de las plazas delanteras son algo más capaces que las de las traseras.

En las plazas traseras se dispone, además de las bolsas de las puertas, ya mencionadas, un pequeño compartimento con tapa debajo de los difusores del sistema de climatización, una toma de 12 V y dos posavasos integrados en el apoyabrazos central. El hueco que tiene tapa es de poca capacidad, su interior no esta guarnecido y la tapa se abre y cierra con dificultad.

Los respaldos de los asientos delanteros integran una bolsa que viene muy bien para guardar alguna documentación o revista.

El maletero

Tiene unas dimensiones correctas y muy regulares. Cuenta con una capacidad de 450 litros, que se puede aumentar si abatimos los respaldos de los asientos traseros en proporción 60/40. No hemos podido medir la capacidad, pero con los asientos abatidos, el volumen de carga es amplio. Los asientos traseros se pueden abatir desde el interior -se abaten con facilidad, rapidez y poco esfuerzo-. Cuando los asientos están completamente abatidos, éstos, quedan prácticamente enrasados con el suelo, por lo que facilitan las cosas para introducir objetos de mucha longitud.

El maletero tiene varias argollas que permiten instalar una red. No hay compartimentos en los laterales para guardar pequeños objetos, ni tampoco un compartimento específico para guardar los triángulos de señalización y algún que otro objeto, como unos guantes, un mapa etc.

El maletero no está completamente guarnecido. En la parte superior -la que está menos expuesta a la vista- se ve la carrocería, soldaduras y tornillería. No es algo excesivamente criticable, ya que es algo común, incluso en coches de lujo mucho más caros, no obstante, estaría bien que casi todos los fabricantes comenzaran a cuidar este tipo de detalles, y más en berlinas en las que los buenos acabados tienen que ser su seña de identidad.

La iluminación del maletero es pobre. Esta función corre a cargo de un pequeño plafón situado en la parte central del techo del maletero. Otro detalle mejorable, es este macarrón de plástico que queda a la vista y que contiene los cables que alimentan la iluminación de la matrícula.

Debajo del piso del maletero hay una plancha que ajusta perfectamente y que está bien fabricada. Esta plancha cubre un doble fondo en el que se encuentra la rueda de repuesto y los útiles para el cambio de la misma -éstos se encuentran perfectamente sujetos en un molde de poliestireno expandido integrado en la propia rueda de repuesto-. La rueda de repuesto tiene la misma medida y marca de neumático que el resto de las ruedas. En el supuesto caso que queramos sujetar esta plancha, hay un gancho que permite colgarla en la goma aislante que recubre la boca de carga.

La tapa del maletero está guarnecida por dentro y está sustentada por dos amortiguadores que permiten que esté muy bien amortiguada cuando la abrimos y cerramos. Estos amortiguadores tiene un tarado muy bueno para que la tapa pueda abrirse y cerrarse con poco esfuerzo y para que no rebote cuando la cerramos.

Nuestra conclusión:

Muchos usuarios del Renault Laguna se quejaban sobre la falta de amplitud en las plazas traseras. Para todos aquellos usuarios instatisfechos, Renault pone a su disposición el Latitude, un modelo que no deja de ser un Laguna de tres cuerpos, con todo lo bueno que presentan ambos modelos. Si estás buscando una buena berlina con un nivel de confort excelente, un precio razonable, una notable habitabilidad interior y un motor Diesel de última generación, el Renault Latitude dCi de 150 CV puede ser una opción a tener muy en cuenta. En cuanto lo pruebes su comportamiento intachable y su confort de marcha te convencerá.

Texto: Gustavo Rodríguez

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COMENTARIOS ( 1 )
claudio
21/04/2014

la presio de los neumaticos los dais en bares y la jente no sabe bie los kilos por los bares estamos en españa no en america nien ninguna cafeteria pues dejar de poner bars y poner kilos de presion os lo dice un español que no soy uno cualquiera pues soy o he sido productor de renault y se lo que sinifica por lo que he pasado pero españolito de a pie no lo sabe

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