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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
16/12/2017
Por Gustavo Rodríguez Hernandez

Prueba del Opel Grandland X 1.6 CDTi 120 CV

Ofrece unos niveles de calidad elevados, un equipamiento avanzado y una conducción confortable y refinada.

El Opel Grandland X es un SUV compacto de cinco plazas que comparte plataforma con el Peugeot 3008. Opel comercializa otros dos modelos de este tipo, pero de menor tamaño -Crossland X y el Mokka X-, ambos unos 20 centímetros de longitud más cortos. Ya está disponible en los concesionarios desde 25.100 euros (ver todos los precios).

Su carrocería, que puede tener un acabado opcional en dos colores -la opción bitono es de serie en el acabado Excellence, el más alto de la gama-, mide 4.477 milímetros de largo, 1.844 milímetros de ancho y 1.636 mm de alto.

Un habitáculo amplio, práctico y muy bien acabado

En su interior, el panel de instrumentos y la consola central con pantalla táctil están claramente colocados y alineados horizontalmente con el conductor. La consola tiene tres filas de controles horizontales para un acceso rápido e intuitivo a las funciones multimedia, climatización y control del chasis. A diferencia de otros modelos -por ejemplo, el Peugeot 3008-, Opel no ha abusado indiscriminadamente de pantallas digitales. Gracias a ello, el uso de todas las funciones del vehículo se realizan de manera muy cómoda, rápida e intuitiva -todo está muy bien organizado y cada mando está donde debe estar-.

Los asientos están muy bien diseñados para que recojan el cuerpo perfectamente y resulten confortables cuando se pasa mucho tiempo viajando. Además, gracias a la generosa batalla -2.675 milímetros-, la habitabilidad de las plazas posteriores es generosa en todas sus cotas. Si la banqueta de los asientos fuera un pelín más larga, el confort de marcha sería notable. Para hacer los viajes más agradables, hay un apoyabrazos en la plaza central con dos posavasos y una entrada USB para conectar dispositivos electrónicos.

El maletero tiene un volumen de carga de entre 514 hasta un máximo de 1.652 litros. Cuenta con unas formas regulares que permiten aprovecharlo al máximo y está muy bien guarnecido. La iluminación, como es habitual en la mayoría de los coches, es muy pobre.

Los acabados y la sensación de calidad del interior es superior a la que ofrece un Nissan Qashqai, un Renault Kadjar, un Peugeot 3008 o un Kia Sportage. El Grandland X no cuenta con materiales lujosos -hay muchos rígidos y de una calidad normal-, pero todo da una gran sensación de solidez y buen ajuste. Hay plásticos de tacto blando en el salpicadero y en la parte superior de las puertas delanteras. Además, hay recubrimientos de piel sintética con bordados de imitación que también ofrecen un buen aspecto. La tapicería de los asientos, que en el caso de nuestra unidad de pruebas era de piel -aparentemente sintética- y de tela en su gran mayoría, era de una calidad normal.

Al volante también transmite calidad

Sin tener la agilidad y la ligereza de un Peugeot 3008, el Grandland X ofrece un muy buen tacto de conducción que supera al de los rivales anteriormente mencionados. Los mandos de control –dirección, pedales y cambio-, que resultan algo densos para nuestro gusto, transmiten precisión y calidad.

La pisada y la calidad de rodadura también es mejor que la mayoría de sus rivales. Además de filtrar muy bien las imperfecciones del firme y el ruido que generan los neumáticos y las suspensiones, la sensación que hemos tenido en todo momento, es que el rodar del Grandland X es equivalente al que ofrecen coches más costosos.

Nuestra unidad de pruebas equipaba el motor diésel 1.6 litros de 120 CV y 300 Nm de par máximo disponible a 1.750 rpm (ver especificaciones técnicas). Es un motor que sorprende muy positivamente por lo enérgico que resulta en todo su margen de giro -incluso en la parte más baja de tacómetro- y por la sensación de par que transmite en todo momento. A diferencia de otros motores equivalentes de esta potencia y cilindrada, el 1.6 litros de origen PSA parece una motorización de mayor tamaño y potencia. De hecho, su rendimiento resulta tan satisfactorio, que creemos que no merece la pena optar por la versión más potente de 180 CV que llegará en enero de 2018.

El consumo de carburante es muy bajo en todo tipo de condiciones. En recorrido urbano y sin practicar una conducción eficiente, obtuvimos un consumo medio de 6,3 litros a los 100 kilómetros. En carretera, se pueden llegar a conseguir registros por debajo de los 4,0 litros.

Esta motorización se puede asociar a dos cajas de cambio: manual y automática, ambas de seis velocidades. Nosotros hemos probado la manual que, aunque tiene un tacto algo denso para nuestro gusto, tiene un buen tacto y su escalonamiento permite que consumo y rendimiento salgan ganando a partes iguales.

Para garantizar la mejor tracción en superficies de baja adherencia -nieve, barro, arena o en mojado-, se puede equipar el sistema de tracción electrónica opcional IntelliGrip –nuestra unidad de pruebas no lo equipaba-. Este sistema cuesta 300 euros y dispone de cinco modos de conducción.

Un equipamiento de última generación

El Grandland X incorpora de serie numerosos equipamientos. Por ejemplo, luces diurnas y pilotos traseros LED, Alerta de Cambio Involuntario de Carril, Reconocimiento de Señales de Tráfico, Control de Crucero Inteligente, todas ellas basada en cámara, Sistema de Arranque en Rampas, Radio IntelliLink R4.0 con Bluetooth, manos libres y compatible con Apple CarPlay y Android Auto, Climatizador Digital Bizona, cómodos asientos con numerosas posibilidades de ajuste, y un respaldo de asiento trasero plegable en secciones 40:60. El servicio de asistencia y conectividad personal Opel OnStar se incluye de forma estándar en todos los modelos (ver todos los detalles de su equipamiento).

Nuestra conclusión

El Opel Grandland X entra con mucha fuerza en un segmento cada vez más poblado y competido. A diferencia de muchos de sus rivales, el SUV alemán ofrece unos niveles de calidad elevados, un equipamiento avanzado y una conducción que transmite mucho confort y refinamiento. El motor diésel de 120 CV es muy recomendable por lo suave que resulta, lo poco que consume y el sobresaliente rendimiento que ofrece.
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GUSTAVO RODRÍGUEZ HERNANDEZ

Periodista especializado con 20 años de experiencia en el sector de la automoción. Fue director del área de Motor de Cadena Cope Castilla y León durante 3 años. Posteriormente, fue redactor y probador de coches en AUTOhebdo Sport, Revista Top Auto y sobrecoches.com. Desde el año 2011, es el responsable de pruebas y producto de cochesyconcesionarios.com

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