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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
22/08/2012
Por Goti Martínez Pérez

Prueba del Citroen DS4 1.6 Turbo de 200 CV

Un modelo copacto con mucho diseño y un gran equipamiento

El Citroën DS4 es el segundo modelo de la nueva línea de productos "DS", una submarca que, según Citroën, ofrece una gama de productos más lujosa y exclusiva en la que impera el diseño y un toque algo más deportivo.

Motor y caja de cambios

De toda la parte dinámica, lo que más me ha gustado, además de los frenos, la estabilidad y los neumáticos es, sin duda, el motor. El 1.6 litros Turbo de 200 CV es uno de los mejores motores de esta cilindrada y potencia que hay actualmente en el mercado. Destaca, fundamentalmente, por su suavidad, refinamiento, rendimiento y consumo.

Es un motor suave y refinado, ya que apenas transmite vibraciones y gira con suavidad, incluso a regímenes elevados. Asimismo, su rendimiento es excelente, puesto que es capaz de otorgar al DS4 muy buenas prestaciones y una respuesta fuerte y constante entre 2.500 y 6.800 rpm aproximadamente.

Pese a que la potencia te puede parecer excesiva si eres de los que no corres mucho y te sueles ceñir a la normativa, como es lógico y normal. Este motor me sigue pareciendo recomendable aunque practiques una conducción normal, ya que tiene una respuesta excelente a cualquier régimen de giro, te permite ir en marchas largas a bajas revoluciones sin una sola queja y siempre resulta agradable de conducir. No obstante, Citroën tenía que haber trabajado más en su refinamiento, sobre todo cuando se conduce a bajas velocidades. En este tipo de condiciones, el conductor se tiene que esforzar demasiado para evitar pequeños tirones cuando se cambia de marcha, tanto para subir como para reducir. No sé si este tipo de tirones se deben a la puesta punto del motor, embrague o electrónica, el caso es que pueden resultar bastante incómodos para el conductor y los ocupantes.

Si eres de los que te gusta correr, esta versión no te va a defraudar lo más mínimo, ya que este DS4 corre de lo lindo. De hecho, alcanza una velocidad máxima de 235 Km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y recorre los 1.000 metros en 27,9 segundos.

El consumo de carburante se ajusta más o menos a lo que cabe esperar en un motor de esta cilindrada y potencia asociado a un coche con estas dimensiones y peso. En autovía y autopista circulando a velocidades legales, obtuvimos un consumo medio de 7,9 l/100 km. En carreteras de segundo orden y exprimiendo las máximas prestaciones de este motor, el consumo puede llegar a superar los 12,0 l/100 km. Por último, en recorrido urbano, el gasto de carburante siempre solía estabilizarse sobre los 8,5 l/100 km.

En carretera, el nivel de ruidos es el habitual que hay en este tipo de coches; no es excesivamente ruidoso, pero tampoco tiene un aislamiento acústico especialmente trabajado. A pesar de que nuestra unidad de pruebas equipaba un techo panorámico, el ruido producido por la aerodinámica no es demasiado elevado.

El motor únicamente se puede asociar a un cambio manual de seis velocidades, lo que me parece un acierto, ya que se trata de una caja con un funcionamiento excelente; es muy agradable de utilizar y cuenta con un guiado que permite utilizar el cambio con mucha rapidez.

Al volante

Antes de hablar de lo que te puede costar este DS4 y lo que puede llegar a equipar, quiero detenerme en uno de los puntos clave y destacables de esta versión. Me estoy refiriendo a su comportamiento en carretera.

La altura de la carrocería y el teórico recorrido de la suspensión no debe engañarte, ya que cuando empiezas a recorrer los primeros kilómetros con este DS4, te das cuenta al momento que estás ante uno de esos coches que te da más de una alegría cuando se trata de ir rápido en carreteras con muchas curvas.

Para empezar, los movimientos de la carrocería están muy bien controlados, apenas se perciben cabeceos y balanceos torpes e inoportunos. El Citroën DS4 siempre vira muy plano por muy fuerte que sea el apoyo. Da igual que pases por una curva rápida a altas velocidades, que por una lenta muy enrevesada o por unas enlazadas con diferentes desniveles, el DS4 siempre se muestra firme, aplomado y muy seguro de lo que hace en cada momento.

Por si fuera poco, está equipado con unos buenos frenos que aguantan bastante el uso intensivo, tienen un tacto excepcional y nos ayudan mucho a ser precisos en la frenada pese a que el ABS no nos ayude demasiado -como en todos los coches de calle-.

Otro de los puntos destacables, es el agarre que tiene este coche. Sin duda, es sobresaliente y difícil de encontrar en un coche de calle de estas características. Es un coche con tanto grip, que siempre transmite mucha seguridad y te permite ir muy rápido en cualquier tipo de asfalto y carretera. Nuestra unidad de pruebas estaba equipada con unos neumáticos Pilot Sport 225/40 R19 con código de carga "93" y de velocidad "V".

De todas formas, aunque es un coche bastante noble, es algo nervioso en curva rápida y la dirección genera bastantes movimientos parásitos cuando avanzamos en plena fase de aceleración.

Probamos la versión más potente y deportiva

El DS4 es un modelo desarrollado sobre la base del Citroën C4. Nosotros hemos probado la que, a priori, es la versión más atractiva y lujosa de las cinco que ofrece este modelo por el momento. Estamos hablando del motor más potente de toda la gama, la versión gasolina THP de 200 CV.

Pero antes de entrar a analizar lo más interesante que tiene esta versión, que no es otra cosa que las buenas prestaciones que ofrece y sus notables virtudes en carretera cuando se trata de ir rápido, no debemos pasar por alto una de las bazas de este modelo, que no es otra que su diseño.

Nuestra unidad de pruebas estaba muy equipada. Además de tener un motor potente, la carrocería estaba pintada con una de las tonalidades opcionales (Hichory metalizado que cuesta 551 €), con la tapicería de cuero Bi color Gris oscuro Habana (cuesta 208 €) y con las llantas de aluminio de 19 pulgadas dotadas de Kit antipinchazos (cuestan 416 €). Con todo esto, tendrás un DS4 imponente que gana bastantes enteros respecto a las versiones más básicas.

Su interior

Por dentro, el aspecto es igualito al de un Citroën C4 Exclusive. Con esto no quiero decir que sea malo, ni mucho menos, pero es algo que no hace más que recordarte que estas dentro de un C4 con algo más de estilo y diseño.

La calidad y el ensamblaje de todas las piezas del interior también es el equivalente al de un C4. Hay plásticos blandos de buen aspecto y calidad y, otros, algo peores que tienen un buen tratamiento. Sin embargo, el ajuste y la sensación de calidad no tiene la solidez que podemos encontrar, por ejemplo, en un Volkswagen Golf (un modelo de precio muy similar).

Eso sí, cuando toca hablar de diseño, el Citroën DS4 puede que gane por goleada a muchos de sus rivales. Aunque tenga ciertas reminiscencias estéticas que nos recuerdan a algunos coches alemanes de Audi y Volkswagen, los franceses son unos maestros para dar un cierto toque de originalidad a todo lo que diseñan. Hay muchas partes y mandos del interior que resultan originales y diferentes a lo que solemos encontrar en muchos coches del mercado.

Mandos: disposición y funcionamiento

Cuando uno se sienta a los mandos, lo primero que detecta es que la postura al volante es elevada. Es ideal si quieres tener muy buena visibilidad o si, normalmente, te mueves por entornos urbanos. Además, y para mejorar el nivel de confort, hay zonas mullidas en los laterales de la consola central que permiten que las piernas apoyen con comodidad.

Pero, por desgracia, no todo son virtudes cuando uno se ubica en el puesto del conductor. Como digo, uno se encuentra cómodo cuando tira de reglajes pero, muchos conductores encontrarán con un pequeño problema... el volante. Si, ese mando esencial para conducir que muchos fabricantes, como Citroën, se empeñan en convertirlo en un objeto de diseño. A mí, personalmente, me ha parecido demasiado grande y, por tanto, aparatoso. Además, no es completamente redondo y cuenta con unas formas poco ergonómicas que dificultan la conducción. Sin embargo, y como no todo podía ser negativo, está dotado de muchos botones para manejar bastantes funciones del vehículo, como el equipo de sonido, regulador de velocidad, teléfono, asistente de aparcamiento e iluminación del cuadro de instrumentos. Lo mejor de todo es que, estos mandos, permiten manejar más funciones sin retirar las manos del volante.

Todos los mandos del coche ofrecen buen tacto, son precisos cuando los accionas y están bien ubicados. Todo ello favorece mucho que podamos controlar todas las funciones con facilidad y sin distraernos al volante.

El cuadro de instrumentos ofrece mucha información y resulta poco convencional -nuestra unidad de pruebas equipaba el cuadro de a bordo de colores personalizables asociado al sistema de navegación-. A mí me hubiera gustado que fuera más compacto para que no comprometiera demasiado el tamaño del volante que, como he apuntado anteriormente, me resulta demasiado grande, aunque uno se termina acostumbrando con el paso de los kilómetros. Dentro del mismo cuadro, hay cuatro botones que nos permiten resetear los kilómetros parciales y variar la intensidad de la iluminación y las tonalidades de los dígitos y los diales -hay hasta cinco tonalidades diferentes, todas ellas azuladas-. La iluminación del cuadro de instrumentos y de todos los testigos de los mandos es suave y no cansa la vista cuando se conduce de noche durante mucho tiempo.

Desde la consola se pueden manejar el resto de funciones del equipo de sonido, teléfono, sistema de navegación y del climatizador. Algunas funciones, sobre todo las del climatizador, se pueden manejar mediante unos mandos giratorios, una solución que me parece un acierto.

Sus asientos

Los asientos delanteros me han resultado confortables y envolventes -mucho más por respaldo que por banqueta-. Están equipados con unos buenos reposacabezas que cuentan con reglajes en altura y profundidad para que, éstos, queden cerca de la cabeza. Además, están equipados con calefacción, masaje y ajuste lumbar.

Los asientos de las plazas traseras no son tan cómodos y ergonómicos, por lo que el nivel de confort es netamente inferior. Por espacio, es más o menos lo que se espera en un modelo con carrocería coupé; no hay mucho espacio para las piernas y, las personas de mucha estatura, se verán algo limitadas. Además, las puertas tienen un grado de apertura bastante reducido que no permite que la boca de acceso sea demasiado grande.

Otro detalle curioso que tienen las puertas traseras es que, además de que la manilla de apertura queda oculta para dar un aspecto de coupé a la carrocería, las ventanas están totalmente condenadas, por lo que no se pueden bajar. Es algo así como lo que se puede encontrar en un coche con carrocería de dos y tres puertas.

Su maletero y compartimentos

El maletero tiene una capacidad de 370 litros (38 litros menos que el de un Citroën C4. Aún así, es un buen dato si tenemos en cuenta el diseño de la carrocería y el tamaño de este coche. Las formas de todo el entorno son regulares, es bastante profundo y, por tanto, resulta bastante aprovechable. En el caso de nuestra unidad de pruebas, equipada con el equipo de sonido opcional de alta fidelidad, la parte derecha del maletero estaba ocupada por uno de los altavoces -restaba algo de espacio-.

Para ampliar la capacidad de carga hasta los 1.021 litros, se pueden abatir los respaldos de los asientos traseros en proporción 60/40. Lo peor, es que los respaldos no quedan totalmente enrasados con el piso.

El maletero está equipado con lo siguiente: En el piso hay cuatro argollas que permiten instalar una red para sujetar mucho mejor la carga (éstas no están ancladas a la carrocería, lo que dificulta que la carga se sujete con solidez) y en las paredes del maletero hay seis ganchos que nos permiten colgar unas bolsas. En la pared izquierda hay dos tiras elásticas que vienen muy bien para sujetar la caja que contiene las luces de repuesto y una linterna que hace las veces de plafón.

Además, si el usuario lo desea, se puede acceder desde las plazas traseras al maletero mediante este hueco.

En la consola hay un pequeño compartimento que está equipado con una toma USB y Jack y un encendedor que se puede utilizar de toma de corriente para conectar, por ejemplo, un navegador portátil o similar - en las plazas traseras también hay una toma de 12V-.

Detrás de este compartimento, hay otro pequeño hueco con un cenicero extraíble en el que se pueden dejar unas llaves y un cofre-apoyabrazos que está tapizado, ofrece un buen espacio adicional y, lo que es más importante, oculta una toma de corriente de 230V que puede dar mucho juego para conectar dispositivos varios. Este la tapa de este cofre se puede regular en altura y profundidad -el mecanismo que nos permite hacerlo es muy brusco y poco refinado - . La zona mullida que entra en contacto con los codos está bien acolchada y el material que lo recubre ofrece buen aspecto. Este mismo material también está presente en algunas zonas de los paneles de las puertas. Es una especie de tela plástica que tiene un aspecto y textura bien conseguida -no lo había visto en otro coche-, pero que no es demasiado agradable cuando se toca o se entre en contacto con ella.

Delante del asiento del acompañante hay una guantera bastante amplia y práctica, ya que tiene compartimentos dedicados para guardar la documentación, un bolígrafo o similar, la funda de unas gafas o una botella de medio litro. Lo peor de esta guantera es que su interior no está tapizado y la iluminación que ofrece es algo justa.

En los paneles de las puertas delanteras hay unas bolsas rígidas que son enormes, aunque no están tapizadas por dentro. Las traseras también las tienen, pero son de menor capacidad, aunque igualmente útiles.

Su precio y equipamiento

Citroën DS4 1.6 THP 200 Sport está disponible desde 28.490 €, un precio algo elevado si lo comparamos, por ejemplo, con un Renault Mégane R.S. No obstante, como buen Citroën que se precie, el equipamiento de serie es muy completo y deja muy pocas opciones a la vista, como el pack protección -que está formado por los faros Bi-Xenón y el dispositivo de alerta de cambio involuntario de carril (1.269 €)-, el equipo de alta fidelidad (cuesta 572 €), las llantas de 19 pulgadas (416 €), el sistema de navegación (cuesta 832 €) y el sensor de parking delantero (219 €) entre lo más destacable.

Dentro del equipamiento de serie, el DS4 ofrece un parabrisas panorámico -similar al que monta el Citroën C4 Picasso-, en el que se puede variar su amplitud para obtener mayor visibilidad para conducir, mayor visibilidad para el habitáculo y un sensación de amplitud muy superior a la que se puede tener en un coche de este tamaño y carrocería.

Nuestra conclusión: El Citroën DS4 puede ser tu coche si estás buscando un compacto con mucho diseño y con un precio bastante razonable si se tiene en cuenta su equipamiento. La versión sobrealimentada de 200 CV es muy recomendable por prestaciones y estabilidad.

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