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PRUEBAS DE VEHÍCULOS
19/03/2012
Por Goti Martínez Pérez

Prueba dinámica del Citroen C4 1.6 THP 156 CV CMP Exclusive

Versión estrella de la gama

Después del éxito comercial que ha tenido la anterior generación del C4, Citroën se ha puesto "las pilas" para dar un salto de calidad enorme y ofrecer un producto que está a la altura de los mejores de su segmento en muchos apartados.

Motor y caja de cambios

De toda la parte dinámica, lo que más me ha gustado, además de los frenos y los neumáticos es, sin duda, el motor. El 1.6 litros Turbo de 156 CV es uno de los mejores motores de esta cilindrada y potencia que hay actualmente en el mercado. Destaca, fundamentalmente, por su suavidad, refinamiento, rendimiento y consumo.

Es un motor suave y refinado porque apenas transmite vibraciones y gira con suavidad, incluso a regímenes elevados. Su rendimiento es excelente, ya que es capaz de otorgar al C4 muy buenas prestaciones y una respuesta fuerte y constante entre 2.500 y 6.800 rpm aproximadamente.

El consumo de carburante se ajusta más o menos a lo que cabe esperar en un motor de esta cilindrada y potencia asociado a un coche con estas dimensiones y peso. En autovía y autopista circulando a velocidades legales, obtuvimos un consumo medio de 7,6 l/100 km. En carreteras de segundo orden y exprimiendo las máximas prestaciones de este motor, el consumo puede llegar a superar los 11,0 l/100 km. Por último, en recorrido urbano, el gasto de carburante siempre solía estabilizarse sobre los 8 l/100 km.

En carretera, el nivel de ruidos es el habitual que hay en este tipo de coches; no es excesivamente ruidoso, pero tampoco tiene un aislamiento acústico especialmente trabajado. A pesar de que nuestra unidad de pruebas equipaba un techo panorámico, el ruido producido por la aerodinámica no es demasiado elevado.

Esta motorización únicamente se puede asociar al cambio CMP de seis velocidades. Se trata de una caja de cambios manual pilotada que se apoya sobre un conjunto compuesto por una caja de cambios mecánica de seis marchas y por un sistema de pilotaje electro-hidráulico que se encarga de cambiar de marcha. Al ser pilotada, carece de embrague y funciona como un cambio automático.

Aunque se han mejorado y pulido respecto a la anterior generación del Citroën C4, sigue siendo un cambio pésimo. Cada vez que hay un cambio de marcha, los tirones son constantes, sigue siendo un cambio muy lento y muy sensible cuando queremos acelerar en maniobras a bajas velocidades, por ejemplo, al estacionar. Además, he tenido la sensación que la gestión electrónica no favorece demasiado para que el consumo sea más bajo. Es una pena que un motor tan bueno esté asociado, únicamente, a un cambio tan malo.

El cambio se puede gestionar desde una pequeña palanca que ocupa muy poco espacio y que tiene un tacto bueno. Tiene las posiciones habituales de los cambios automáticos, salvo la opción de "Parking" que yo, personalmente, eché mucho de menos. Adicionalmente y para mayor comodidad, hay unas levas detrás del volante desde las que se puede gestionar las marchas. Ofrecen un tacto bastante mejorable y, en mi caso, quedaban algo lejos.

El freno de mano es eléctrico y se activa automáticamente cuando estacionamos el coche o cuando nos ponemos en marcha -también se puede controlar manualmente-. Funciona perfectamente y se activa y desactiva de una forma suave.

En marcha

La parte dinámica de esta versión está algo descuidada. La suspensión presenta una combinación con muelle blando y amortiguador que, bajo mi punto de vista, me parece poco acertada. Que el muelle sea blando y la suspensión tenga mucho recorrido no es algo negativo en un coche de calle en el que prime el confort. Otra cosa es que el amortiguador sea excesivamente duro, con las desventajas que esto conlleva. Si el firme está deteriorado, la suspensión suele sacudir de una forma muy seca, sobre todo en el tren trasero. La respuesta de la suspensión varía su respuesta en función del tipo de bache y la velocidad a la que vayamos.

En condiciones normales, en carretera a velocidades legales y moderadas o en ciudad es un coche correcto y suficientemente estable. Si el ritmo se incrementa e intentamos ir rápido, encontramos un coche con una falta de equilibrio notable. La carrocería tiene unas oscilaciones considerables, el tren delantero es impreciso en los giros y las masas se descontrolan con facilidad en cuanto realizamos un apoyo a una velocidad medio-alta, cuando realizamos un cambio rápido de dirección o cuando frenamos en pleno apoyo. No es un coche difícil de controlar (el control de estabilidad siempre está activo), ni brusco de reacciones, pero no es el modelo más estable de su segmento, ni tiene una dinámica cuidada. Otros rivales más veteranos sí que la tienen, por ejemplo, un Renault Megane, SEAT Leon, Ford Focus o Volkswagen Golf son coches claramente mejores en este apartado.

Los frenos me han sorprendido gratamente por la potencia que muestran. Son capaces de detener el coche rápidamente, incluso a velocidades elevadas. Lo peor de los frenos es el tacto. La fuerza de la frenada es difícil de dosificar cuando queremos ser precisos, ya que se producen unos cambios en la asistencia demasiado bruscos en función del recorrido del pedal.

Nuestra unidad de pruebas estaba equipada con unos neumáticos Michelin Primacy HP 225/45 R17 con código de carga "91" y de velocidad "V". Su nivel de adherencia en seco me ha parecido elevado.

Calidad y acabados

El Citroën C4 asociado a este equipamiento es un modelo que se acerca más a una berlina media, que a un modelo de precio y categoría equivalente. Esta sensación se percibe cuando uno accede al interior. Nunca he visto un Citroën de gama media con unos acabados tan buenos y, sobre todo, con una calidad percibida tan conseguido. No obstante, aunque hay cosas que deberían ser mejores, en cuanto a acabados se refiere, el resultado final es muy positivo.

Lo mejor del Citroën C4 que he tenido la oportunidad de probar, es que presenta unos niveles de calidad y acabados que superan a modelos mucho más costosos y, sobre el papel, con más categoría y nombre.

Hay nuevos materiales -muy conseguidos- que no he visto en otros modelos de su segmento. Por ejemplo, destaca la parte más visible del salpicadero, que es de una sola una pieza de plástico blando que tiene un tacto y aspecto excelente. En las zonas menos visibles, hay plásticos de peor calidad, pero tienen un buen tratamiento y un aspecto bastante conseguido.

Hay inserciones plásticas decorativas que imitan al aluminio y a la fibra de carbono con bastante éxito, sobre todo en el caso de las primeras.

El ensamblaje de todas las piezas está bastante cuidado y, salvo algún crujido generado por la consola central cuando la presionamos con los dedos, todo está bastante cuidado, al menos aparentemente.

Puesto de conducción

No me he sentido demasiado cómodo a los mandos del Citroën C4 en una primera toma de contacto, sin embargo, con el paso de los kilómetros me he ido acostumbrando. El volante me ha parecido demasiado grande -su tamaño está muy condicionado por el cuadro de instrumentos-. Tampoco he terminado de encontrarme plenamente cómodo en el asiento. Parece que el respaldo sujeta bien la espalda, pero la banqueta queda algo corta y no sujeta demasiado -cuando se conduce rápido, el cuerpo se mueve mucho en las curvas y en las frenadas-. Los reposacabezas quedan cerca de la cabeza y cumplen perfectamente con su función. Como en algunos asientos que equipan varios modelos de Renault, los reposacabezas tienen un ajuste de tipo libro bastante ingenioso.

Nuestra versión, que estaba asociada al acabado exclusive, equipaba asientos calefactables con reglajes eléctricos -todos funcionaban perfectamente-. No obstante, ofrecían una opción de masaje poco elaborada, ya que simplemente accionaba de forma repetitiva el ajuste lumbar, así que, lo único que se nota es una pequeña presión discontinúa sobre la espalda.

La posición al volante es más bien elevada, y los reglajes del asiento no ayudan mucho a buscar la postura adecuada para manejar los pedales con el confort deseado. El volante cuenta, como es lógico en un coche de esta categoría, con reglajes en altura y profundidad. A mí me hubiera gustado que el reglaje en profundidad fuera un poco más amplio.

Mandos: disposición y funcionamiento

Todos los mandos del coche ofrecen buen tacto, son precisos cuando los accionas y están bien ubicados. Todo ello favorece mucho que podamos controlar todas las funciones del coche con facilidad y sin distraernos al volante.

El cuadro de instrumentos ofrece mucha información y resulta poco convencional -nuestra unidad de pruebas equipaba el cuadro de a bordo de colores personalizables asociado al sistema de navegación-. A mí me hubiera gustado que fuera más compacto para que no comprometiera demasiado el tamaño del volante que, como he apuntado anteriormente, me resulta demasiado grande, aunque uno se termina acostumbrando con el paso de los kilómetros. Dentro del mismo cuadro, hay cuatro botones que nos permiten resetear los kilómetros parciales y  variar la intensidad de la iluminación y las tonalidades de los dígitos y los diales -hay hasta cinco tonalidades diferentes, todas ellas azuladas-. La iluminación del cuadro de instrumentos y de todos los testigos de los mandos es suave y no cansa la vista cuando se conduce de noche durante mucho tiempo.

Desde el volante se pueden manejar muchas funciones, que afectan al equipo de sonido, regulador de velocidad, teléfono, asistente de aparcamiento e iluminación del cuadro de instrumentos. Lo mejor de todo es que, a diferencia de otros coches, estos mandos permiten manejar más funciones sin retirar las manos del volante.

Desde la consola se pueden manejar el resto de funciones del equipo de sonido, teléfono, sistema de navegación y del climatizador. Algunas funciones, sobre todo las del climatizador, se pueden manejar mediante unos mandos giratorios, una solución que me parece un acierto.

Su habitabilidad

El espacio del interior es mejor en las plazas delanteras que en las traseras. En las posteriores la cota en altura y para las piernas es bastante limitada si viajan dos adultos. Una persona de 1,77 m de altura, rozará con la cabeza en el techo y no tendrá demasiado espacio para las piernas. La posición cuando te sientas es demasiado forzada, ya que el respaldo está muy poco inclinado y la banqueta es corta, sujeta poco y está algo elevada respecto al piso. Los reposacabezas tienen forma de coma y quedan cerca de la cabeza -únicamente se puede regular en altura-.

En la plaza central, hay un apoyabrazos bastante confortable y una tapa, bastante práctica, que permite comunicar el maletero con el resto del habitáculo.

Sus huecos en el interior

El interior del Citroën C4 es muy práctico, sobre todo porque tiene muchos compartimentos para guardar objetos, todos ellos son bastante capaces y están bien ubicados:

En la consola hay un compartimento enorme y muy profundo que está bien iluminado, refrigerado y tapizado con alfombrillas adherentes. En este compartimento podemos guardar de todo. Está equipado con una toma USB y Jack y un encendedor que se puede utilizar de toma de corriente para conectar, por ejemplo, un navegador portátil o similar -en las plazas traseras también hay una toma de 12V-.

Detrás de este compartimento, hay un pequeño hueco en el que se pueden dejar unas llaves y un cofre-apoyabrazos que está tapizado, ofrece un buen espacio adicional y, lo que es más importante, oculta una toma de corriente de 230V que puede dar mucho juego para conectar dispositivos varios.

El cofre-apoyabrazos se puede regular en altura y profundidad -el mecanismo que nos permite hacerlo es muy brusco y poco refinado- . La zona mullida que entra en contacto con los codos está bien acolchada y el material que lo recubre ofrece buen aspecto. Este mismo material también está presente en algunas zonas de los paneles de las puertas. Es una especie de tela plástica que tiene un aspecto y textura bien conseguida -no lo había visto en otro coche-.

Delante del asiento del acompañante hay una guantera bastante amplia y práctica, ya que tiene compartimentos dedicados para guardar la documentación, un bolígrafo o similar, la funda de unas gafas o una botella de medio litro. Lo peor de esta guantera es que su interior no está tapizado y la iluminación que ofrece es algo justa.

En los paneles de las puertas delanteras hay unas bolsas rígidas que son enormes, aunque no están tapizadas por dentro. Las traseras también las tienen, pero son de menor capacidad, aunque igualmente útiles.

Su maletero

Tiene una capacidad bastante aceptable (408 litros). Destaca por sus formas regulares (las paredes son bastante planas) y el equipamiento que ofrece. Es difícil encontrar un coche de esta categoría con un maletero tan práctico: En el piso hay cuatro argollas que permiten instalar una red para sujetar mucho mejor la carga y en las paredes del maletero hay seis ganchos que nos permiten colgar unas bolsas. En la pared izquierda hay dos tiras elásticas que vienen muy bien para sujetar la caja que contiene las luces de repuesto y una linterna que hace las veces de plafón. Por su parte, en la pared derecha, hay un pequeño compartimento equipado con una red que viene muy bien para guardar pequeños objetos.

Debajo de la moqueta del maletero se encuentra, perfectamente presentada, la rueda de repuesto y las herramientas necesarias para la instalación de la misma en caso de pinchazo -todas las herramientas están perfectamente ordenadas y sujetas en un molde de polietileno expandido-.

Lo peor del maletero es que no hay un comportamiento específico para guardar los triángulos de emergencia. En el caso de nuestra unidad, estaban guardados en una caja de plástico muy voluminosa que restaba capacidad al maletero, además estaba sujeta al piso del maletero con unas tiras de velcro que deterioraban mucho la moqueta.

La apertura y el cierre del portón del maletero está bastante cuidado. Los amortiguadores que lo sustentan asisten perfectamente para que el maletero se abra y cierre con poco esfuerzo. Al igual que el resto de las puertas, el cierre está bien amortiguado y no genera resonancias parásitas.

El capó que cubre el motor está fabricado en aluminio, así que no resulta pesado cuando toca abrirlo, sin embargo, la apertura y cierre del mismo no está asistida por amortiguadores, una pena, ya que el Renault Mégane, que es uno de sus rivales directos, sí que los lleva.

Sonido, sistema de climatización y navegador

Nuestra versión equipaba el equipo HiFi de alta fidelidad que suena de maravilla y que me parece recomendable. El sonido es potente, limpio y de calidad. Lo que menos me ha gustado es que, cuando paramos el motor, también se apaga el equipo de sonido -si se apagara cuando el conductor abre la puerta, sería perfecto-.

El sistema de climatización me parece mejorable. Lo hemos probado con temperaturas elevadas (con una máxima de 38º) y le ha costado mucho trabajo enfriar el habitáculo. Además, es muy ruidoso, incluso cuando regulamos el flujo de aire a una potencia baja. En las plazas delanteras y, como suele ser habitual en casi todos los coches, hay suficientes difusores para que la climatización sea buena para los dos ocupantes. En cambio, y como suele ser norma en este tipo de coches, las plazas traseras tan solo hay salidas de aire para los pies.

El navegador es completo y tiene muy buena resolución de pantalla. El menú está ordenado y ofrece un funcionamiento muy sencillo, no hace falta mucho tiempo ni entrenamiento para hacerse con su funcionamiento.

El perfil de bluetooth funciona perfectamente. La emisión y recepción de llamadas son muy buenas y la gestión de la agenda del teléfono se hace de forma sencilla. Además, podemos escuchar canciones vía bluetooth, aunque el volumen únicamente lo podemos controlar desde los mandos del coche y no desde los del dispositivo externo.

Iluminación interior y exterior

La iluminación del habitáculo, sin ser la ideal, es mejor que la que ofrece la mayoría de sus rivales o, incluso, modelos de superior categoría y precio. Los dos compartimentos de mayor tamaño (la guantera y el hueco profundo de la consola central) están correctamente iluminados. La iluminación del habitáculo corre a cargo de dos plafones que está en los dos extremos del techo, ambos ofrecen una iluminación algo justa y poco potente. En el plafón que queda cerca del parabrisas, hay dos puntos de luz equipados con LED luminosos que ofrecen una iluminación potente y agradable. Es suficiente si queremos leer algo en un momento dado con una claridad decente.

La iluminación exterior es francamente buena. Nuestra unidad estaba equipada con faros Bi-Xenón que integran luces direccionales. Me parece recomendables para los conductores que valoren una iluminación de calidad. Los pilotos posteriores son de generosas dimensiones y se ven con mucha claridad.

Un detalle que me ha gustado y que suele corresponder a coches más costosos y lujosos es que, cuando abrimos el coche, se encienden los faros delanteros y traseros y unos LED luminosos de cortesía que hay debajo de los dos espejos retrovisores exteriores.

Equipamiento

La dotación de serie de la versión exclusive es muy completa. Se puede completar con una serie de paquetes opcionales que lo completan aún más. La relación calidad-precio-equipamiento es de lo mejor que hay ahora mismo en su segmento. Como siempre en nuestra web podéis hacer la comparativa y consultar todos los precios de los opcionales.

Conclusión:

 La versión estrella de la gama C4 ofrece muy buenas prestaciones en cuanto a motor, acabados, tecnología y equipamiento se refiere. No obstante, se ha descuidado mucho la parte dinámica, ya que ni la puesta a punto del bastidor ni el cambio "automático" están a la altura de las circunstancias y, ni mucho menos, al nivel de la competencia más directa.

Texto: Gustavo Rodríguez

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COMENTARIOS ( 1 )
alfonso
06/04/2013

tengo el c4picasso y sobre los comentarios de estabilidad tengo unas preguntas: estaria bien colocar amortiguacion un poco mas dura detras?,que tal unos suplementos en los ejes para ganar unos 5 cm de ancho? y por ultimo, por que hacer un 1.6turbo solo con cambio automatico?. Agradeceria que alguien con suficientes conocimientos respondiera. Un saludo desde bilbao y muchas gracias.

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