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10/02/2011
Por Goti Martínez Pérez

Probamos el Renault Fluence Dynamique dCi 110

La berlina competitiva

El Renault Fluence debería ser una de las opciones mejor colocadas ante la larga lista de opciones en berlinas. Cuenta con muchos más puntos a favor que en contra.

La gama del Renault Fluence es sencilla, no tiene demasiados motores ni tampoco demasiados acabados. Puede que falte un motor Diesel de mayor potencia, pero como irás viendo a lo largo de toda la prueba, con el lógico 1.5 dCi de 110 CV hay más que suficiente para circular sin problemas por todo tipo de vías.

La comodidad

El Renault Fluence es una buena berlina en líneas generales. Tiene un habitáculo suficientemente amplio como para no echar de menos más espacio, un buen nivel de confort, un comportamiento en carretera estable y seguro, un motor que ofrece un buen rendimiento y bajo consumo y un equipamiento superior.

Precisamente, por el aspecto del equipamiento, el Renault Fluence supera a la competencia con soluciones que funcionan muy bien y que me parecen recomendables. Una de las cosas que más me gustan del Renault Fluence es la tarjeta manos libres. No he probado todos los dispositivos similares de la competencia, pero el de Renault funciona muy bien. Me parece una ventaja por lo confortable que resulta. Es un verdadero sistema "manos libres". Con llevar la tarjeta encima es suficiente para poder abrir y cerrar el vehículo sin tocar un solo botón, lo cual es de agradecer. No todos los modelos de la competencia tienen un sistema que funcione de esta manera, y eso habla muy bien de esta solución.

Como en otros modelos de Renault provistos de este dispositivo, el vehículo se arranca mediante un botón. También se agradece la facilidad y sencillez.

Nuestra unidad de pruebas equipaba el climatizador automático bizona, el cual permite al conductor y al pasajero delantero ajustar la temperatura de forma individual y personalizar el nivel de ventilación deseado con los mandos «Soft-Auto-Fast»: El modo «Auto» optimiza el confort térmico y acústico y la rapidez a la que se activa la regulación, el programa «Soft» da prioridad al confort acústico y el modo «Fast» ventila con la mayor rapidez posible todo el habitáculo. Estos tres modos son muy útiles para activar el climatizador de una forma rápida y cómoda en función de las necesidades del momento. Funciona perfectamente, ya que calienta y enfría el habitáculo con rapidez.

Por cierto, para que en las plazas traseras se goce de una mejor climatización, hay dos difusores en el centro, justo detrás del apoyabrazos de las plazas delanteras. No se puede regular la temperatura de forma independiente, pero se agradece que los tenga.

Su calidad

El ajuste, el aspecto y el acabado general del interior están cuidados. La calidad percibida del interior se sitúa por encima de la media de un vehículo de esta categoría y precio. En Renault consiguen que el habitáculo te transmita calidad y modernidad.

Las plazas traseras me gustaron especialmente. No es fácil encontrar un vehículo de estas dimensiones con unas plazas traseras amplias y en las que te sientas cómodo de verdad. Hay espacio suficiente en todas sus cotas y para que vayan cómodas personas de diferentes tallas y complexiones. Sobre todo me gustó el alto nivel de confort y lo bien que están ubicados los asientos. No son altos, ni bajos... están situados en la posición ideal. Además, la línea de cintura deja la carrocería bastante alta respecto a los ocupantes, lo que acentúa la sensación de protección. En esto es mejor que el Renault Mégane de cinco puertas. Se nota que han tomado la base del Megane SporTourer, con una distancia entre ejes superior.

Los reposacabezas de las plazas traseras no son tan buenos como los delanteros, pero quedan cerca de la cabeza. Tienen forma de coma para que cuando no viajen pasajeros atrás, puedan bajarse para dejar una mejor visibilidad trasera.

Para reducir el calor en los días más calurosos y soleados hay dos cortinas, de accionamiento manual, situadas en la luneta trasera y en las ventanas laterales traseras.

El maletero es enorme, nada más y nada menos que 530 litros. Tiene más capacidad que el maletero de un Renault Laguna (450 litros) o que el de un Citroën C5 (439 litros), por ejemplo. Además, y por si fuera poco, los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse en proporción 2/3-1/3. Además, la boca de carga es bastante amplia para tratarse de una berlina de tres volúmenes, por lo que podremos introducir objetos largos y voluminosos sin problemas.

Lo que menos me ha gustado del maletero es que la iluminación es algo pobre y que la zona superior del mismo no está tapizada.

Sus prestaciones y su consumo

El Renault Fluence 1.5 dCi de 110 CV es un vehículo económico. Después de un buen número de kilómetros, este pequeño motor arroja una cifra de 6,0 litros/100 km, con grandes atascos incluidos. Es una cifra buena teniendo en cuenta el tipo de conducción, el tamaño y la potencia del motor. El consumo medio homologado es, según la marca, de 4,6 litros/100 km. Creemos que es posible llegar a esas cifras.

Además de ser un motor tremendamente económico, rinde muy bien. Si por algo destaca el K9K (apodo usado para esta ocasión) es por su excelente rendimiento en todas sus versiones. Lo que menos me ha gustado es la escasa respuesta que tiene a bajo régimen. Hasta prácticamente 2.000 rpm el motor tiene un vacío de potencia considerable, lo que incomoda en exceso cuando circulamos en ciudad o salimos desde cero. Sin embargo, en la zona media alta del régimen de giro empuja y responde con energía, casi como si fuera un motor gasolina. Aunque la potencia máxima la encontramos a 4.000 rpm, el motor sigue respondiendo y estirando hasta las 5.000 rpm.

Una de las cosas imperdonables de esta versión, es que se transmite demasiado ruido mecánico al interior. Cuando lo arrancas en frío es un motor ruidoso que transmite alguna que otra resonancia y un sonido demasiado desagradable.

Una vez que el motor coge temperatura, el ruido se mitiga levemente, aunque sigue siendo un motor demasiado sonoro. Si no superamos las 2.500 rpm estabilizados en carretera, el motor no transmite demasiado ruido al interior.

Su interior y el puesto de conducción

El habitáculo es suficientemente amplio para lo que se espera de una berlina de estas características. Como he comentado antes, no se echa en falta más espacio en ninguna de las cotas.

Para mi talla (mido 1,75 m) y gusto personal, he de confesar que me costó un tiempo adaptarme al puesto de conducción. Cuando me subí por primera vez al vehículo no acababa de encontrarme cómodo. No terminaba de encontrar la postura al volante más cómoda. Con el tiempo, y a base de trabajar de los reglajes, terminé por encontrarme más cómodo. Aún así, y en mi caso, la banqueta me parecía muy corta y no terminaba de sentirme sujeto (creo que era el mayor inconveniente del puesto de conducción y la principal razón por la que no terminaba de encontrarme cómodo, sobre todo al principio).

Los asientos delanteros están equipados con unos buenos reposacabezas. Es algo que Renault cuida con mimo y se agradece. Cuenta con una regulación con forma triangular que permite ajustarlos para que la cabeza quede perfectamente sujeta. De esta forma, se evitan lesiones graves en caso de accidente.

Intuitivo

Como suele ser habitual en todos los modelos de Renault, la disposición y el funcionamiento de todos los mandos es muy buena. Todo está diseñado con lógica para que sea fácil de manejar. Se nota que en Renault cuidan mucho la ergonomía.

Los botones del climatizador y del equipo de sonido tienen un tacto diferente. No sé si es para diferenciar ambos dispositivos. El caso es que los botones del equipo de sonido apenas tienen recorrido cuando los pulsas, por lo que a veces te queda la duda de si realmente has activado alguna función cuando has pulsado uno de los botones. Los del climatizador tienen un tacto algo más agradable y contundente cuando los pulsas.

La temperatura del climatizador se regula mediante unos pulsadores. No me parece una mala solución, no obstante, yo prefiero regular la temperatura mediante mandos giratorios. Es un tipo de mandos que vienen muy bien en caso que queramos regular la temperatura con rapidez, si deseamos bajar o subir 10 grados en un momento, por ejemplo. Para mi es un movimiento más natural.

El interior también es bastante práctico para dejar todos los objetos que llevamos habitualmente encima (móvil, llaves, cartera....etc.). Hay un compartimento justo delante del selector del cambio y un posavasos detrás. Ambos son muy capaces y útiles. Lo malo es que no están tapizados.

Hay un pequeño porta gafas situado en el techo que no sirve para mucho. Es demasiado pequeño para guardar unas gafas de adulto. No obstante, viene muy bien para guardar unas tarjetas de crédito u objetos similares. Este compartimento está tapizado con un material esponjoso que no evita que las gafas puedan rayarse.

Como suele ser habitual en casi todos los modelos de Renault, la guantera es muy amplia. Además, está iluminada y tapizada con un guarnecido textil bastante agradable al tacto y que no desprende fibras ni pelusa. Adicionalmente, cuenta con dos tomas (Jack y USB) para conectar memorias o sistemas mp3.

Su estabilidad y su comportamiento

El tacto de conducción es como el de un Renault Mégane equivalente. Pero hay cosas que no me han gustado de su tacto de conducción. El pedal del acelerador tiene un tope que tiene un tacto poco agradable y refinado. Este doble fondo es debido al limitador de velocidad (venciendo ese tope desactivamos el limitador por alguna emergencia o necesidad).

El cambio funciona muy bien y tolera un manejo rápido sin que se atasque (es muy complicado encontrar guiado que funcione tan bien en este sentido). Además, todas las marchas entran con suavidad y sin exigir esfuerzo (la marcha atrás entra sin que se atasque ni rasque, por mucho que la provoquemos). Lo malo es que cuenta con un tacto demasiado esponjoso y tiene unos recorridos demasiado largos.

El pedal del freno tiene un tacto formidable; tiene poco recorrido, se dosifica muy bien y, además, los frenos responden de una forma sobresaliente. Tienen mucha resistencia en uso intensivo y responden con frenadas efectivas.

La dirección eléctrica es precisa y tienen un tacto perfecto para que no canse, para maniobrar perfectamente y para que tenga la dureza ideal cuando la exigimos en carretera.

La puesta a punto del bastidor creo que está muy bien elegida para que el Fluence ofrezca un comportamiento en carretera muy estable y seguro. Es un vehículo que te transmite seguridad y aplomo desde el primer momento. La suspensión transmite firmeza, no demasiada. Si fuera algo más firme, ya sería algo incómoda. Se nota que Renault ha jugado con el límite para conseguir un vehículo estable y confortable a la vez.

Con este acabado y precio no va a faltar la pintura metalizada, climatizador, navegador, RadioSat 3D Sound by Arkamys + Bluetooth + Plug&Music, alarma, faros de xenon, llantas de 17 pulgadas, techo eléctrico, airbag frontales, laterales y de cabeza, tarjeta manos libres, sensor de luz y lluvia, cortinas parasol en las ventanas y luneta traseras y control de estabilidad entre lo más destacable (aquí tienes más información sobre el equipamiento).

Nuestra conclusión:

Renault, nuevamente ofrece un vehículo competitivo que sonroja a berlinas de mayor consistencia y precio. Con sus cosas buenas e incluso con las malas, me sigue pareciendo un coche bastante recomendable.

Destaca por ofrecer un habitáculo amplio, un maletero enorme, unos buenos acabados para el precio que tiene, un motor solvente y económico, un comportamiento de primera línea y un equipamiento completo y moderno con elementos que no pueden ofrecer otros vehículos de la competencia. Si buscas una buena berlina que sea competitiva y a un precio razonable, el Renault Fluence es una opción a tener muy en cuenta.

 

Prueba realizada por: Gustavo Rodríguez

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COMENTARIOS ( 4 )
Alfonso
22/11/2023

Muchas gracias por la información

CARLOS TRAVERSO MUÑOZ
07/04/2014

auto muy bueno pero encuentro que funciona a muy alta temperatura el reloj marca muy cerca de la zona roja o es asi.

Admin
08/04/2014

Carlos,

no tenemos ese tipo de información. Si está cerca del límite coméntalo en el concesionario Renault en la siguiente revisión para quedarte tranquilo.

Carlos Baró
01/01/2015

He visto que son motores de solo ocho válvulas (2 por cilindro) lo que me parece una mecánica antigua. Quizá esto sea la causa de la poca potencia a bajas revoluciones.
Conclusión, en mi opinión motor antiguo.
Como este coche está hecho con muchas piezas de otros modelos y marcas y además en Turquia, pienso que no está suficientemente evolucionado.Lo he probado y lo que menos me gusta son los asientos delanteros que no sujetan nada.

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